Nietzsche odiaba todo aquello que pudiera compremeter la libertad del espíritu humano.
No ofrece ni doctrinas ni respuestas positivas.
Enemigo de toda forma de remedio político o de ideología de masas.
Nunca idealizó la naturaleza humana y no creía en la idea de progreso infinito.
No fue ni un anarquista, ni un nihilista, ni un protonazi.
Sus libros son pictóricos, asimétricos, discontinuos, concéntricos.
Deben leerse como súbitos fogonazos e iluminaciones, tiene un elaborado estilo de brillantes instantáneas mentales.
Crea música verbal, mina la fuerza manipuladora de las palabras.