viernes, 29 de mayo de 2009

La mirada del azar


El azar es un ingrediente esencial de la vida. Nos acompaña desde que nacemos hasta nuestra muerte. Se puede predecir, se puede olfatear, nuestras decisiones toman un gran peso, pero no se puede huir de su eterna influencia.La vida, aunque sea llevada de una forma racional es azarosa. Digo es azarosa porque siempre hay elementos externos no previstos que acompañan nuestra cotidianidad. El azar se presenta como un elemento que escapa del cálculo, de la predicción, del sometimiento de la razón. La física tardó mucho tiempo en hallar el azar, nucleo de la mecánica cuántica, realidad desbordada y caótica que difícilmente se somete a las leyes descritas por el hombre. El azar es un arma de doble filo, nos golpea o nos da alas, nos aturde o nos levanta, él está ahí, acechando y esperando a cruzarse en nuestro camino. Esto puede verse como algo tenebroso o pesimista. A todos nos ha resultado cruel algún acontecimiento inesperado marcado por el azar, que no se mueve en la balanza bien y mal, sino que interviene sin preguntar en nuestra vida, y su desenlace para los intereses de las personas resulta totalmente azaroso. Paul Auster despliega una narrativa donde el azar es condición indispensable de sus obras, de su vida, de su conciencia de la vida. Esto no responde a una idea, sino a un sentimiento, a un palpar la realidad de cerca y constreñirla, para que finalmente se acabe ahogando ante el inminente poder del azar. Él es uno de los protagonistas de una biografía, la de nosotros mismos, entendiendo la existencia desde un relato. De esta forma baña nuestra historia y la de cualquier historia. Él es imperecedero, y muchas de nuestras creencias tienen que recurrir a él para explicarse a sí mismas. La física cuántica esta bañada de azar, la evolución y el cambio natural también, nuestro trato con la gente también, encuentros azarosos que terminan con un gran final. Virgilio decía “la suerte persigue a los astutos”, se refiere a que debemos estar despiertos, pero también admite la posibilidad de “poner” de nuestro lado al azar, pero nunca seremos su dueño, su poder escapa de nuestras manos, no veo al hombre enfrentado al leviatán, pues esté le sometería. Los antiguos veneraban la fortuna, deseosos de que la mano desenvolvente del destino estuviera de su parte, ellos ya sabían que los caprichos de los dioses no podian ser refutados. Desde la otra perspectiva del globo, oriente siempre lo ha tomado como un elemento dinámico, el nirvana y los estadios más altos del pensamiento del Tao, del Shinto o el Budismo reintegran en su hacer cotidiano esta incontrolable fuerza, sin intentar oponerle resistencia, casi venerándolo.
Mirándolo desde otro punto el azar es ingrediente animador de la vida, sin él desde luego perdería intensidad, todo sería más estático e inmóvil, predictivo y mecánico, mentes de metal y ruedas. Es una solución a posibles hastíos, o una oportunidad para desplegar facetas que nunca hubiéramos pensado suscitar. Elemento emergente, enriquecedor, nutriente del camino, fuente de esperanza y desconsuelo, amigo de nadie y de todos, que escapa del tiempo y del espacio, puro devenir. Podemos entrar en valoraciones, pero no ganaremos nada, quedará en palabras. No nos corresponde a nosotros la decisión de su presencia, que en todo caso hemos de aceptar cómo moldeador de la vida, con buenos ojos e intentando coger su soplo para elevarnos, y no para hundirnos, tomarla como condición indispensable de la existencia humana.

5 comentarios:

Javier Iglesias dijo...

Yo, al igual que Dios, ni juego al azar, ni creo en la casualidad.

;-)

Miguel Fanjul Martínez dijo...

HAy quien cree en los milagros!

Javier Iglesias dijo...

acaso no somos un pequeño milagro nosotros, que nacemos y vivimos entre el abismo de la improbabilidad?

elhombresonriente dijo...

La vida es un accidente.....
todo lo demas es fruto de la soberbia del ser humano.

Nana dijo...

Posiblemente esta entrada me haya llamado más la atención que otras por la situación vital en la que me encuentro, ya que he sido “tocada” por la diosa Fortuna hace poco y reconozco todo lo que comentas en tu blog sobre el tema del azar.
Como experiencia personal, tuve un día en que el azar me dominó por completo. Es impresionante el poder que tiene; por unos minutos, unas horas, ella se hizo por completo con el control de mi vida, de todos los acontecimientos que ocurrieron en una fracción de tiempo extremadamente corta, ella los dominó con gran maestría como si tuviera en sus manos una marioneta. No fui consciente de lo que ocurrió delante de mis ojos hasta varios días después, incluso meses, que digo, hace pocos días lo he comentado y me sigue fascinando a la vez que asustando.
Da miedo asomarse al vacío y pensar lo que podría haber sido si no hubiera sido así, si las cosas hubieran tomado otro cauce, si hubiera ocurrido algún otro movimiento en la jugada, si la situación contextual, las personas que me rodeaban, el sitio y el momento hubieran variado levemente. Está bastante relacionado también con el famoso “efecto mariposa”.
El azar juega con eso, es algo inesperado como tú dices, no es una variable medible que se pueda calcular y controlar en experimentos físicos, psicológicos o incluso sociales. Pero ciertamente coincido en que suele ser la “chispa” que aviva determinadas situaciones, te enciende, te pone a prueba, te sorprende y te hace estar y sentirte despiert@. La fascinación que un@ siente cuando descubre, por puro azar, un rincón único en algún callejón de una ciudad, cuando te cruzas de repente en la calle un día cualquiera con tu amigo de la infancia con el que compartiste tantos secretos y juegos, cuando coincides en un bar por casualidad la misma noche en el mismo momento con la persona con la que compartirás el resto de tu vida… Son momentos que agradeces profundamente a Dios, Alá, Yahvé, Fortuna o quien quiera que esté por ahí que haya hecho posible ese hecho en tu vida. Claro está que también te pueden ocurrir verdaderas desgracias, pero a falta de alguna experiencia personal de este tipo (afortunadamente)yo las desconozco.
En conclusión, el azar juega un papel importante en toda la vida de las personas y siendo una variable tan incontrolable e inestable personalmente me decanto por el laissez faire para experimentar y sentir lo que Fortuna nos puede ofrecer.