domingo, 7 de febrero de 2010
Ladrones de cuerpos y de mentes.
Me da la sensación de que en numerosos casos uno tiene que tragar con una mierda que vienen empaquetada e impuesta por el común de los mortales, y lo achaca a la normalidad del funcionamiento de la vida. Mi pregunta gira entorno a los aspectos que hay que someterse y a cuales no, y me da la sensación que los más estrictamente necesarios son mucho menores que los que nos cuela el espectro cultural. Porque si seguimos ese espectro me volveré un gilipoyas de primera categoría, seré un infeliz y encima estaré orgulloso de aceptar lo que me han dado de primeras. Y esa es la idea que me vino a la mente el día de hoy. No se trata de ser un rebelde, sino de tener la sanísima inquietud de cuestionarse lo que uno hace con su vida. El miedo, como de costumbre, acecha con la inseguridad y el sortilegio de hacer creerse a uno mismo que está loco. En este caso, prefiero ser un loco "cuerdo" que un protozoo "normalizado". La pregunta es, si uno tiene que adaptarse a las múltiples esferas vitales que culturalmente vienen dadas y "aceptadas". Pensemos en la esfera afectiva, amorosa, familiar, laboral, modo de vida, participación social, filtro de los medios de masa, el concepto de opinión pública...
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3 comentarios:
todos tenemos dentro una brújula moral que nos dice lo que está bien, lo que está mal y lo que es directamente una soplapollez.
Ahora bien, la dificultad está en encontrar esa brújula sepultada entre kilos y kilos de basura. Basura que nos hemos tragado voluntariamente.
No somos entes luminosos precisamente. Somos barro dúctil y maleable.
Kilos y kilos de basura...
Esa burbuja moral realmente también está conformada por la realidad social. Está conformada a través de nuestras estructuras mentales que se han ido formando desde pequeños en nuestro entorno más cercano y medio.
Es necesario pensar y cuestionarse, y muchas veces crees que no estás bajo el manto de lo "aceptado socialmente", que lo has superado y que has creado tu mundo propio. Es mentira. Sigues subyugado a la normalidad, al borreguismo, es un genjutsu que te ha creado una ilusión y te ha deformado la realidad.
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