martes, 8 de junio de 2010
Conocer es reconocer.
Hoy en día, en muchas ocasiones, ser, es, ser reconocido. El reconocer es lo que otros saben de nosotros, lo que reflejamos al mundo de las otras mentes. El problema es que muchas veces se reconoce para mal, o de forma sesgada, o exagerada, eso dependerá mucho de la sociedad en la que uno viva, que vincula el reconocimiento a una serie de objetivos y criterios con las que se entabla el éxito. Esa es una de las pautas de hoy en día, pero no quiere decir que tengan razón, es confundir imagen con realidad, imagen de lo que "somos" y lo que "somos" realmente. En el siglo que vivimos, los señores del dar a conocer son bastante perversos: criterios ciegos, valoraciones desmedidas, prejuicios al orden del día, intereses, estrategias, poder, ansia de venta, anestesia, esclavitud a estereotipos... Una oscura nube que lo envuelve casi todo. Pero siempre quedará el ser, permanecerá lo que tú eres independientemente de ellos, si no quieres ser destruido, porque toda vida se funda en una identidad, biográfica, literaria, única e intransferible. Esa identidad emerge del fondo de uno mismo, y los criterios que la formen no pueden ceder su responsabilidad a los otros, si es que algún día quieres ser algo, más allá de un código de barras.
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1 comentario:
El problema está en esa forma de ver el mundo, que nos dan trituradita para que la traguemos bien, en la que se confunde el verbo ser con el verbo tener...
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