La estética es la forma en que tenemos de tratar con el mundo. A menudo los vocablos amplios se vacían de significado, es el caso de "estética" o "cultura", e infinidad de otros. La vida sólo se vive una vez, o eternamente. Es nuestra mayor empresa, nuestro más preciado tesoro. El tiempo corre, uno elige y esta se abre camino con fuerza, sin preguntas, sin respeto, a veces de nuestro lado, otras veces en nuestra contra. ¿Pero acaso no lo sabemos ya?¿Acaso no estamos acostumbrados ya desde que nacemos a ello? Si, pero acostumbramos a olvidar, acostumbramos a no aceptarla, a no abrazarla.¿Quién querría aceptar los malos momentos, en los que uno se siente agitado y aplastado por la misma?¿Quién querría en su sano juicio rememorar los peores momentos que uno ha padecido? Nadie en su sano juicio. No se trata pues de ser un sadomasoquista, ni abrazar el dolor y el sinsentido. ¿Pero quién ignora que para que algo crezca con fuerza y esplendor no padece en el camino?¿Quién al contemplar un árbol florecido no cae en la cuenta de que padeció el otoño sin hoja, y el árido y frío invierno antes de emerger con tanto ímpetu y vigor? La vida no tiene sentido sin dolor, sin queja, sin camino...
Pero la vida es inabarcable, impredecible, rica y amplia, tan amplia que no se puede verbalizar ni abarcar mediante la lengua escrita, no podemos definirla en su totalidad, ni ponerle límites, siempre dejamos algo fuera, es cambiante, es puro movimiento, puro nervio que sale con ritmos discontinuos, que expresa lo inexpresable e inabarcable. Eso no significa que no sepamos nada de ella, sabemos mucho, y a menudo olvidamos lo que aprendemos de ella. La vida se escapa de toda forma, aunque sepamos de que esta hecha.
En toda esta vorágine de acontecimientos nos toca bailar, nos toca danzar, como si de un teatro se tratase. Como personajes sobre el escenario, pero sin un guión determinado y sin ficción, sino con sangre y vino, perturbación y ligereza, como la noche y el día...
Ante esa contraposición luz-oscuridad nos desenvolvemos, algunos con más gracia que otros, unos con más fortuna que desgracia. ¿Cómo colocar la balanza de nuestro lado, sin que a la vez podamos dejar nada fuera? Viviendo. No dejando que la vida viva nuestra vida. Gracias a Zeus nuestra vida cotidiana no suele desenvolverse entre grandes abismos ni decisiones existenciales, se desenvuelve, válgame la redundancia, en lo cotidiano, lo manejable, lo que podemos optar a enriquecer,a moldear para dar forma.
Pensemos...¿Vives tu vida o te has dejado vivir por ella? ¿Has decidido?¿Has elegido? Imagina que un demonio se aparece ante ti, y te cuenta que toda tu vida la vas a vivir una y otra vez, exactamente igual, que todos los actos y decisiones que has tomado en torno a ella se repetirán eternamente, como un reloj de arena, al que le damos la vuelta una y otra vez finalice el ciclo. ¿te haría gracia la idea?¿La tomarías con vigor o te desampararía? En tu respuesta se halla el veredicto ¿Cuantas veces somos prisioneros de una celda en la que nosotros mismos nos hemos encerrado? ¿Cuantas veces elevamos nuestra queja cuando tenemos lo que hemos buscado? ¿Cuantas veces nos hemos visto envueltos en situaciones que condenamos habiendo sido nosotros los que la hemos provocado? ¡Elige, vive tú! Ama lo que haces o no vivirás, contemplate con alegría cuando te mires a ti mismo. Aléjate de etiquetas culturales, de elementos ajenos que te petrifican tallando lo que es propiamente tuyo y arrebatándote tu preciado tiempo, tu preciado tesoro.
No temas a Dios, ni a las exigencias de un Gran Hermano social que dirija tus actos y aspiraciones, no dejes que usurpen tu papel en el escenario, cada uno es el protagonista de su obra, y muchas ocasiones (no en todas) dejas que te escriban el papel. ¿La muerte? ¿Quién no ha pensado en ella? Atemoriza... Sobretodo a aquellos que no han hecho lo que han querido por sí mismos, a aquellos que no están satisfechos con el cuadro que han pintado. La muerte deja de atemorizarnos cuando se ha consumado la vida. Vuelvo a repetir ¿Has vivido tu vida o te has dejado vivir por ella? Contempla tu fuerza, tu voluntad de poder poner, de poder crear, de poder crecer, de poder hacer donde es difícil hacer, si así no fuese ¿qué valor tendría? ¿Acaso sería "buen" hacer? ¿Buen decidir? No sería nada de eso... Por eso la existencia es dura, y esta hecha y preparada para los espíritus fuertes, para aquellos que no caen en la inmovilidad, en el miedo, en el primer obstáculo que sobreviene sobre nuestras cabezas. No importa cuantas veces te caigas, lo importante es volver a levantarse, decía el Murciélago. Esa es la senda, esa es la actitud, esa es la estética de la vida, tu decisión de hacerte, de embellecer lo que tocas, el dibujo, el motivo de un artista, de poner algo donde antes no había nada. Eso es la acción, la elección, la sabiduría de Apolo, la ligereza, la elevación, la consumación de la existencia.