Lejos de la interpretación de la ética de Nietzsche, basada en la sobreabundancia de fuerzas, la falta de compasión, el conocimiento de uno mismo, y la experimentación del cuerpo como punto de partida, se encuentra su indisoluble vinculación con la estética. El último Nietzsche, que ya no es filósofo del martillo destructor, sino que aprende a reír como enseña Zaratustra, nos muestra que la estética y la ética tienen que ir unidas, una estética por sí sola produce efectos contrarios. En el capítulo "del camino del creador" del Zaratustra, nos enseña como danzar y establecer nuevos límites por encima de nuestras propias estrellas, esta cualidad va vinculada a la vida como forma artística plasmada en actos.
No se reduce a un bendito escepticismo de no creer en nada, pues una vez creas tus propios valores, estos deben fundarse en tablas y tú, como forjador de nuevos valores, someterte con terrible fuerza a ellos. Todos toman a Nietzsche como un relativista, en el que todo vale, y en cierta forma es así, pero sólo en parte, ya que el relativismo moral una vez desenterrado, si adquieres la suficiente fuerza, debe tornarse en ley para uno mismo. El que busca destruye, para elevar unas nuevas tablas a la que someterse, de ahí que indique si seremos capaces de ser jueces y verdugos de nuestra propia ley. El todo vale ya no sirve, pues la tensión del arco va dirigida a un nuevo punto personal al que someterse con extreme firmeza, fruto del aumento de fuerzas o voluntad de poder. No es el hoy hago una cosa y mañana otra, por eso decir que Nietzsche es relativista moral, es a toda mira, incompleto. Es un ir y volver sobre uno mismo.
"Ay, existen tantos grandes pensamientos que no hacen más que lo que el fuelle: inflan y
producen un vacío aún mayor. ¿Libre te llamas a ti mismo? Quiero oír tu pensamiento
dominante, y no que has escapado de un yugo.
¿Eres tú alguien al que le sea lícito escapar de un yugo? Más de uno hay que arrojó de
sí su último valor al arrojar su servidumbre.
¿Libre de qué? ¡Qué importa eso a Zaratustra! Tus ojos deben anunciarme con claridad:
¿libre para qué?
¿Puedes prescribirte a ti mismo tu bien y tu mal y suspender tu voluntad por encima deti como una ley? ¿Puedes ser juez para ti mismo y vengador de tu ley?"
Hoy la estética no es que esté abandonada de la ética, es que es esclava del consumo, la utilidad y el beneficio. Los grandes genios del pasado, esos tipos raros que salen una vez cada mucho tiempo y que su legado eleva un paso a la humanidad que se vuelve benefactora de su obra, no pueden emerger ni producir bajo los nuevos parámetros sociales dirigidos por las masas. El resultado de lo que ves es fruto del igualitarismo social pretendido por unas democracias falaces y rendidas ante el consumo, el pan y el circo, los mass media y los programas del corazón, en los que se inculca una estética barata y por supuesto, alejada de la ética, desvinculándola, matándola y jugando con ella como si se tratase de simples canicas, aunque de lo que hablamos es de personas. La estética no se debe reducir a contemplación de elementos, esta actúa directamente sobre la vida, como creadora y posibilitante de una existencia más plena y fuerte. La estética implica acto, creación, praxis, implicación, intervención en lo real, decisión, partido, mojarse, situarse, posicionarse... Desde el individuo, cada uno en cada caso. Estética y ética de la praxis vital, intrínsecamente unidas, hermandadas y concebidas, personal y sometida al dominio del individuo.
2 comentarios:
Evidentemente la ética no ha desligarse de nada, porque entonces nada tendría sentido.
En el caso de la estética, puede convertirse en un arma terrible de despersonalización si no va acompañada de una buena ración de ética. Ya que, cuándo acaba la estética ¿qué nos queda?
Goebbels!!!!
Así que mejor no desligarla...
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