La creatividad es la fuerza que puede encauzar al hombre a salir de la cueva donde él sólo se ha metido. El nihilismo que acecha a la decadente cultura en la que nos hallamos inmersos sólo puede ser superado a través del acto creador. La estética se convierte entonces en el vehículo que nos puede transportar fuera de esas terribles fronteras de la nada, donde oscuridad y ausencia vibran, impidiendo al hombre ser lo que realmente está llamado a ser. El problema existencial, metafísico y cultural al que se ve sometido el hombre actual sólo puede ser evadido tomando la estética cómo valor sobre el que gira nuestra existencia. El acto creador, que desata las fuerzas de una existencia más alegre y liviana, es uno de los puntos de partida más excelsos a los que podemos agarrarnos para elevarnos sobre los males de este mundo, para embellecer la existencia y hacerla más ligera y alegre. Evidentemente aquí no hablamos de crear un velo que ignore toda la penuria propia del mundo que habitamos. Ese fondo existencial donde el hombre sólo encuentra el frío y el dolor, la incapacidad y negación. De lo que aquí se trata es de afirmar todas esas características que conforman la vida, y una vez abrazado y aceptado las condiciones de la existencia, la estética es la estrategia para embellecer la vivencia que sin arte alguno sería enfermiza y desquiciada. El hombre crea para embellecer esa existencia que en estado puro atosiga y constriñe con inusitada violencia. Cuando hablo de creación no me refiero sólo a producción artística, sino a mecanismos personales que nos ayuden a superar la tensión dialéctica entre lo "bueno" y lo "penoso" que puede ofrecernos la realidad, inclinando esa balanza hacía lo que nos procura un vida más fértil. Por eso todo acto creador, todo acto de vida, es el punto de partida de un hombre que busca más allá de cualquier obstáculo, disfrutar de la vida, sin dejar nada fuera, sin dejar nada de lado. Acción frente a pasotismo, creación frente a nada, forma frente a sinsentido, lucha frente a rendición, vida frente a nihilismo. Abrirse la cabeza, interrogarse a uno mismo, cuestionarse el mundo, las categorías culturales, las formas de escape de una existencia pobre y que no conduce más que a automatismos, son las claves para constituir el telón sobre el que actuar, sobre el que crear, sobre el que embellecer, sobre el que vivir... La vida es arte, y ese arte remite a esa vida, como pez que se muerde la cola, pues el impulso creador de la vida es el que el arte debe manifestar, remitiendo de nuevo a la vida como obra artística. Así el arte se convierte en medio de sobreabundancia de vida, tomando el actor creador como volcán que estalla en su esplendor.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
me gusta el matiz que creación no atañe al arte, o al hecho de "hacer" arte, sino a todo lo que cambia el "nada" por algo. Así una persona que piense e indage puede definirse como creadora.
Personalmente es algo que siempre me ha acompañado y que mucha gente admira por la facilidad con que algunos la tienen. Pero todos tenemos esa capacidad estética. El mundo es gris sin aquellos que usen otros colores
"Así una persona que piense e indage puede definirse como creadora"
¡Esa es la idea!
apuntemos la idea de lufos.
!Para crear hace falta destruir!
Seeee Lufos ha dado en el clavo, para llenarse hay que vaciarse primero, ¡para construir primero hay que destruir!
Publicar un comentario