miércoles, 2 de diciembre de 2009

El pensamiento trágico en Dostoievski:el funcionario y el hombre del subsuelo en la época contemporánea.


La entrada en el sigo XX-XXI se fundamenta en una nueva visión y transformación del espacio y el tiempo que imponen nuevas condiciones de trabajo que acaparan el conjunto de la existencia humana. Aunque haya una ruptura con capítulos anteriores de la historia en esta modernidad conviven dos concepciones opuestas: la fe en el avance técnico y la advertencia frente a los nuevos modos de producción. Hay una decadencia del entorno social donde el individuo se disuelve y desaparece diluyéndose la frontera sujeto-objeto. Dioniso y su actividad creadora queda totalmente falsificada bajo una máscara vacía basada en el modelo técnico y funcional. Dioniso atado y anquilosado recrea una aparienca, no hay orden ni vitalidad, sino sólo un espejismo. El sueño de la obra de arte (nuestra felicidad en cada caso) aplicado a la vida de cada uno, queda relegado al sueño de la organización total, basado en el mercado y en la máscara-uniforme. Nos da una visión del carácter mecanizado y arraigado a unos elementos tecnológicos que ha asesinado nuestra capacidad creadora. El elemento creativo para construir un modelo de felicidad razonable es apartado con fuerza y hace que los hombres pierdan su propia referencia de la realidad, en una época de grandes velocidades y mutaciones constantes, donde la el sujeto-objeto queda diluido y relegado a un plano trágico de saber donde encontrar la voluntad creadora sepultada por el modelo impuesto.

Dostoievski supo ver con adelanto las penurias que se avecinaban sobre la vida del funcionariado, del trabajo cerrado y poco posibilitante de crecimiento y despliegue, adelantando su visión al espíritu de su tiempo, pero a mi juicio, acertando enormemente si levantase cabeza. La tragedia aparece como elemento en tensión de la existencia humana, el individuo inmerso en una sociedad altamente instrumentalizada y automatizada. Existe en sus textos una profunda crítica al orden racional impuesto con tanta fuerza en las sociedades actuales. Para Dostoievski la razón es algo excepcionalmente válido, pero sólo satisface a la propia razón sin dejar espacio para la vida. De esta forma le horroriza la idea de que esa vida cotidiana y no tan cotidiana, esté atada con tanta fuerza a la racionalidad, al cálculo, a la mera eficiencia, llegando a admitir que le gustaría que alguna vez dos mas dos resultase cinco. Lo que se plantea con fuerza es que el excedente de racionalidad y la imposición mecánica de la existencia, constriñe el elemento de la vida, apartando al hombre a la oscura sombra de un automatismo que extrae los elementos fundamentales de una existencia completa. Así cabe pensar en los parámetros actuales sobre los que versan la vida laboral, los puntos que delimitan el buen hacer, y los valores que defiende una automatización del trabajo, despojada de todo aura de carácter personal y humana, en favor del movimiento de unas macroestructuras que terminan acabando con nosotros día a día.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Aporto aquí un “granito de arena” con un cáliz más sociológico, apreciaciones sin importancia que vienen decir lo mismo:

Con respecto a la disolución del individuo, remito a uno de los grandes pensadores de la posmodernidad que mejor ha sabido captar la esencia (o no-esencia en este caso) de las sociedades actuales. Me refiero a Bauman y su “modernidad líquida”, en la que el individuo, como tú bien has reflejado, se disuelve entre la masa. Se da una quiebra de los lazos de la comunidad, cada uno se busca su vida, el mercado tiene ahora el control absoluto de los estados y de las vidas privadas, la debilidad y fragilidad se erigen como la base de todo proceso social actual. Como diría este autor “vivimos en una sociedad, suave, ligera, e incluso líquida”. Lo frágil y volátil está de moda.

Por otro lado, la idea de la burocratización también queda bastante bien reflejada por uno de los “pesos pesados” de la sociología: Max Weber, en concreto su idea de “jaula de hierro” que obliga al individuo inconscientemente a asimilar, trasladar y adoptar todo proceso y racionalidad típicos de las estructuras burocráticas lo que provoca una reorientación hacia fines-objetivos en vez de hacia los valores (que creo que es un poco la clave de lo que describes). Todo ello desemboca en una noche polar de oscuridad helada (como diría este autor).

Por último, podemos ampliar estos conceptos con la idea de “la colonización del mundo de la vida” de Habermas, como una especie de alienación de las estructuras racionales y una profundización de estructuras racionales en el mundo privado de las personas.



Estamos en el extrarradio de las emociones…

Miguel Fanjul Martínez dijo...

La idea de Max Weber y su "jaula de hierro" refleja bastante bien el acto de devorar los restos de humanidad que pueden quedar en nosotros.
Las características que rigen la racionalidad de las sociedades occidentales, trasladando al modo de vivir ese vómito de facultades burocratizadas y mecanizadas del mundo laboral que llegan a colarse en la esfera privada.
Los procesos en los que se desenvuelve al individuo desembocan en lo que Dostoievski llama el subsuelo, la vivencia ahogada por toneladas de tierra sobre nuestras cabezas, impidiendo un proceso de felicidad y un cumplimiento de proyecto vital razonable. Por eso a veces desearía que 2+2 fuesen 5, en contra de lo que representaría en el mundo orwelliano.
¡Gran aportación!

Acrobata dijo...

Un lego, filósofo humorista, no entiende apenas nada del primer párrafo del post. Hasta el primer punto y aparte, vamos. Aliento al autor para que, en un noble esfuerzo, clarifique el mensaje. Porque la claridad es la virtud del filósofo.

Respecto a los valiosos apuntes del comentario de "anónimo", entiendo que donde escribe "cáliz" quiso decir "cariz", es decir, "aspecto que presenta la atmósfera" o, en segunda acepción "aspecto que presenta un asunto o negocio". Así, cariz sociológico puede entenderse como relativos a la sociología. En cambio, cáliz sociológico, literalmente es un vaso sagrado relativo a la sociología. O en una acepción que me gusta mucho más "conjunto de amarguras, afecciones o trabajos", en este caso, sociológicos.

Paz y alegría en vuestros corazones,

Miguel Fanjul Martínez dijo...

El primer párrafo habla de que los nuevos avances y transformaciones en las que ha desembocado la modernidad han ahogado y sepultado algunas de las múltiples esferas en las que se desarrolla la existencia humana.
El cálculo, la velocidad en la que se desenvuelven los acontecimientos, la mecanización de lo cotidiano, el orden racional y científico que acapara la capacidad creadora, génesis de nuevas formas, plasticidad frente a orden exhaustivo. Dioniso es asesinado, la metáfora ya no existe, sólo sucumbir al nuevo clero científico.

Javier Iglesias dijo...

En mi humilde visión creo que el principal problema de esta deshumanización es que nos planteamos la vida en términos "ocio y trabajo". De esta enemistad primaria se deduca que no somos felices cuando trabajamos y sólo lo podemos ser cuando estamos ociosos.

Tal perversión básica nos lleva a otra terrible manipulación puesto que el ocio no nos pertenece. El ocio, en general, viene impuesto, obligado, marcado, es externo. Dirigido por otros interes para los que nuestro ocio es su trabajo.

Luego si no somos felices al trabajar, puesto que no podemos según nuestros valores, y no podemos ser ociosos como nos gustaría, sólo como nos dejan o proponen. No conseguimos ser nosotros mismos nunca.

La realización personal es el nivana moderno. Lamentablemente nuestro camino se ha apartado de este objetivo superior. Somos meros supervivientes de una realidad fácil que no exige lucha ninguna. Nos diluimos en el entorno que no nos exige nada. Efectivamente somos líquido puro.

PD: Estoy de acuerdo en la aportación de que hay que mejorar la redacción. Un esfuerzo comunicativo y habrá un salto cualitativo en el blog.

Miguel Fanjul Martínez dijo...

Intentaré mejorar la redacción, en esta última entrada se me ha ido la mano, es un propósito que siempre me propongo respaldad, claridad sobre los contenidos y las ideas. Seguiremos trabajando.