viernes, 24 de diciembre de 2010

Cuatro años en el frente de batalla.

Ampliación del campo de batalla cumple cuatro años. Es una buena ocasión para ver el camino recorrido hasta aquí, donde las líneas y vivencias se acumulan escupidas en palabras. No puedo dejar de dar las gracias a mis amigos, especialmente a Javier, Jorge y mi querido hermano, que me han animado a continuar y a tomarme el asunto con una seriedad que jamás hubiera improvisado por mi mismo. Todos los comentarios, de todas las personas que no han hecho más que enriquecer y aportar nuevos puntos de vista. Es sorprendente poder ver la evolución desde los primeros escritos hasta el día de hoy, mejoras de redacción y de ortografía, la necesidad imperante de escribir cuando lo necesito, cada vez con más frecuencia...  La acumulación de una gran variedad de materiales, y el retorno a la memoria de los motivos que auno le empujan a escribir cada entrada. Cada texto y cada tema, todo está vinculado al infinito estimulante de la vida, que nunca se ahíta, y siempre te sigue, empujando y zarandeando para seguir interrogando las circunstancias que te envuelven.

Dice el poeta Jean Paul que los libros son voluminosas cartas a los amigos, en mi caso va por fascículos, pero el reflejo del otro siempre está presente. Felicidades ampliación del campo de batalla.

martes, 21 de diciembre de 2010

Keep in contact with old friends.

Hacía tiempo que no vivía un fin de semana tan intenso, tan cojonudo. Me gustaría que la vida se detuviese en esos instantes, que se provocara un bucle como en una cinta de vídeo, repetición constate del momento deseado. Lo tuvo todo... Me cuesta mucho escribir sobre ello, porque las palabras no me salen, no suscitan el significado deseado. Menuda mierda voy a colgar entonces si seguimos por este camino. Lo que si puedo decir es que fue grande, emotivo, excesivo, no había barreras, se eliminaban en el delicioso tono de la amistad con el otro. Tallada con fuego y hierro, gente que no había podido ver en todo un año se reconstruía en tres minutos.

Tengo una clara resaca emocional, de todas las decisiones que a uno le toca tomar en su vida no hay duda que la elección de mis amigos es claramente mi mejor acierto. Uno no elige el lugar donde nació, ni la época, ni sus padres, hermanos o familia. Viene impuesto por la circunsatncia. En el caso de la amistad el tono es totalmente diferente. La amistad es discriminatoria, no se gana con horas, puedes pasar con la gente del trabajo todo el día y aborrecerlos. Se gana porque se elige, se apuesta, se descubre, se gana porque te inquieta, porque de alguna forma hay algo que te agita y te mueve, que te provoca admiración,  los criterios de elección de tus amigos son son totalmente intransferibles y personales. Ellos me quieren como si de mis hermanos se tratasen, me dan luz, me hacen feliz, me sumergen en una apariencia que transfigura la realidad.  Me gusta llamarles y escuchar sus mensajes en el contestador. Parece que da igual que el mar se electrocute y que te veas inmerso en la marejada, porque a una última ellos se tirarán contigo... Por eso es una apuesta, es un tirarse a la piscina, es un hacer crecer, un ir a más... Aunque ese más implique a veces menos.

El cálido aroma que se respira entre ellos, las conversaciones que suscitan, el acercamiento y la proximidad que existe cuando te cuentan sus proyectos, sus preocupaciones, sus inquietudes, su vida... Demasiado corto ha sido, 48 horas no son suficientes, aunque quizás 96 nos hubieran matado a todos. Faltaron algunos, siempre en la memoria, siempre en nuestra boca. Miraba a la mesa, me veía a mi mismo, veía todo lo que me han aportado para llegar a ser quien soy. La construcción de la identidad nutrida por el otro, alimentada por el trato, por la paciencia, por las broncas, por los éxitos y por las sorpresas. Ahora giro la mirada, veo el recorrido y me siento elevado.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Wow Cataclysm: la experiencia continua.


 World of warcraft, más conocido por las siglas Wow. A muchos les sonará este nombre, otros no tendrán la más remota idea de lo que vamos a tratar. Sólo deciros que es la tercera palabra más buscada en internet, después de "sex" y "God". Wow es un juego de ordenador online, cuyo contenido se desarrolla con la colaboración del resto de la comunidad, es decir, Wow tiene una población aproximada de 12 millones de personas, y el avance del mismo está marcado por la colaboración de sus miembros dentro de este mundo virtual. Tú te creas un avatar, eliges una raza y una clase y te escupen a un vastísimo mundo donde en compañía de otros vives aventuras.

Propiedad de la famosa  compañía americana Blizzard, han provocado una auténtica revolución en lo que se refiere a la experiencia online. Una obra de arte, una joya del genero, han sabido mejor que nadie como romper las viejas barreras de interacción, donde uno se encontraba con su Nintendo encerrado en su habitación y en un cartucho. La experiencia virtual que ofrece Wow es mucho más abierta, no ha sido alcanzada ni de lejos por ninguna compañía de la competencia.

Las razones son varias, quizás tantas que sería complicadas enumerarlas en una entrada como esta. El éxito de Wow radica en una multiplicidad de elementos cuidados hasta el extremo. El diseño de un vasto mundo cuidado hasta el más mínimo detalle, una banda sonora de primer nivel, jugabilidad sencilla que ofrece un amplio abanico de posibilidades, el desarrollo de tu personaje que parece nunca se agota... Acabas cogiendo tanto cariño al mismo, y lo puedes caracterizar de tantas formas que uno acaba adorando la vida que lleva dentro del mundo virtual. Puedes desarrollar el contenido del mismo hasta límites insospechados, estudiar cocina, ser herbalista o pescar. La ramificación de las diferentes actividades que ofrecen hacen que el nivel de diversión sea prácticamente inagotable, variado, premiado con diversas recompensas... Y todo ello enriquecido por lo que quizás sea lo más importante, la comunidad.

Las posibilidades que ofrece vivir aventuras con diferentes jugadores de todo el planeta, permiten el desenvolvimiento de vivir una identidad deseada, la interpretación de un personaje con sus virtudes y sus carencias. Si una de las señas del teatro es la de interpretar diferentes papeles, ya sea las de un pirata o un rey de un antiguo reino, Wow permite "encarnar" virtualmente un papel en un nuevo mundo creado por diseñadores y programadores. Ahí es donde radica el virus que te atrapa y no te suelta. Permite vivir otros mundos, que no existen en el plano físico, pero si en el plano virtual. ¿Acaso no es la realidad virtual un espacio no físico? Nuestro soporte corporal nos permite interactuar con nuestro ratón y nuestro teclado, pero tú descubres y habitas un mundo, permitiendo adoptar una personalidad y encarnando un papel que la realidad te niega. Uno de mis personajes era una sacerdotisa, capaz de curar las heridas más profundas que un guerrero podía sufrir, bendecía a mis compañeros y les levantaba para devolverles a la vida. Recogía hierbas y era una excelente sastre.  Me permitía encarnar y desarrollar una identidad nueva, en un mundo nuevo, rodeado de gente con el mismo afán de desvelar todos los misterios que aguardaban en una nueva tierra.

El mundo no se agota, los programadores introducen lo que se conocen como parches. Cada cierto tiempo se descargan actualizaciones del juego, para equilibrarlo, solventar errores, añadir nuevas provincias, nuevas actividades... Esto hace que la experiencia sea inagotable. Blizzard ha sabido vislumbrar un camino que les está haciendo de oro. Teniendo en cuenta que los jugadores pagan 12, 99 euros al mes por mantener la cuenta abierta, calcular el dinero en efectivo que les entra al mes si tienen 12 millones de suscriptores. Otras compañías, en intento por llevarse su parte del pastel han ofrecido alternativas al Wow,  pero ninguna a logrado el público y el nivel de ventas deseado, ya que Wow parece ir siempre por delante. La experiencia y diversión es tan sumamente rica que dejas de jugar a otros juegos, no sólo la gente lo compra, sino que su apetito por jugar a "otros" juegos queda prácticamente aniquilada. Yo me reunía con mi hermano y mis amigos más cercanos en Wow, cuando uno vivía en Manchester, otro en el norte de España, otro en el sur... Nos reuníamos en la mágica tierra de Terrallende, conversábamos, y vivíamos aventuras. Estaba junto a ellos, mediante un soporte diferente, pero creerme que la experiencia era de lo más impresionante que he podido vivir a través de un soporte informático.

El lado oscuro de toda esta historia es el enorme poder de adicción que puede generar en una persona, el apego que suscita el desarrollo de una identidad en un plano totalmente diferente. Existen tantas adicciones como personas, y creerme, Wow no es una excepción.


Acaban de lanzar al mercado su nueva expansión: Cataclysm. La he probado y he visto como los chicos de Blizzard trabajan de forma infatigable para que la experiencia sea más rica, fácil y divertida, sin renunciar a la infinidad de posibilidades que ofrece. El nivel gráfico de Wow nunca ha sido su punto fuerte, pero si más que suficiente para que te sientas bien a gusto con ella. Con la llegada de la última expansión que permite elevar tu personaje a nivel 85, elección de nuevas razas y ,ayores progresos, no han hecho más que prolongar esta experiencia durante más tiempo. Un enorme Dragón ha llegado al mundo y ha cambiado su geografía por completo. El mundo creado hace seis años ha sufrido un rediseño en su totalidad, permitiendo a los programadores y diseñadores dar una nueva forma y aspecto a una tierra que empezaba a agotarse con el tiempo. Han sido muy listos y sumamente hábiles para reciclar el planeta que habían creado sin tener que recurrir a soluciones complejas, y donde se puede apreciar los cambios a través de la historia que el mismo juego desarrolla. Han rediseñado los valles, mares, bosques, cuevas y estepas en un abrir y cerrar de ojos sin que se sienta una grieta que fragmente la experiencia de los jugadores. Los gráficos han sido modificados sensiblemente para darles mayor realismo en el movimiento, menos mecánicos y más fluidos. Han vuelto a crear un mundo nuevo manteniendo los mismos elementos. Dragones, elementales, marismas, montañas, criaturas de todo parecer, una inteligencia artificial muy trabajada que aporta altas dosis de diversión y que exige una mayor colaboración entre los miembros de la comunidad.

 Creo que los chicos de Blizzard han dado en el clavo, como todos los juegos que han desarrollado, auténticas obras de arte que dejan huella, y bien profunda, en la historia de los videojuegos. Un diez por ellos, una auténtica pena que no tenga el tiempo deseado para disfrutarlo junto a mis seres queridos, ya que el mundo real, toca a mi puerta. Para mi, en muchos aspectos, es el mejor juego de la historia, que ha abierto la experiencia multijugador a nuevos niveles de interacción, y parece que todavía le queda una larga carrera hasta que se agoten susposibilidades, Blizzard va por delante.