Hace diez años que Radiohead nos trajo al mundo su disco “Ok Computer”. Desde el año 1997 me han sucedido muchas cosas, pero este disco siempre ha permanecido en mi cabeza como radiación de fondo. Esta es mi forma de realizarle un pequeño homenaje.
Un nuevo despertar, de notas y estructuras, de sonidos y arreglos calculados a la perfección. La voz es suave, indiferente, presente y estirada. Sonidos que nos recuerdan que hombre y tecnología son una misma identidad. Evocación de una realidad que se nos escapa, sólo quiero salir y volver para salvar el universo. Sólo somos una cosa, somos vida. Es valiosa, se gana y se pierde todo en el momento menos esperado, y eso es algo que cae fácil en el olvido, porque se nos olvida lo esencial. Este es un disco de esencias, que se entrelazan encerrando el espíritu de la razón instrumental en la que moramos. Con un apetito que nos devora, nos anestesia, nos alinea, olvidamos…
Nos miramos a nosotros mismos, sin aplicar ningún tipo de responsabilidad, es más fácil delegar y ceder. La clase política cae en la indiferencia y su excelencia brilla por su ausencia. Pequeñas alimañas que nos roen con su discurso aburrido y vacuo, para luego acabar pataleando como cerditos, que no saben qué hacer ni dónde ir. Algo que evidentemente tiene que explotar, reventará de un modo u otro, y cuando lo haga pensaremos que ya no nos queda nada, y al fin, podremos ver la luz al final del túnel, aunque claro, es demasiado tarde para salvar lo insalvable.
Un nuevo despertar, de notas y estructuras, de sonidos y arreglos calculados a la perfección. La voz es suave, indiferente, presente y estirada. Sonidos que nos recuerdan que hombre y tecnología son una misma identidad. Evocación de una realidad que se nos escapa, sólo quiero salir y volver para salvar el universo. Sólo somos una cosa, somos vida. Es valiosa, se gana y se pierde todo en el momento menos esperado, y eso es algo que cae fácil en el olvido, porque se nos olvida lo esencial. Este es un disco de esencias, que se entrelazan encerrando el espíritu de la razón instrumental en la que moramos. Con un apetito que nos devora, nos anestesia, nos alinea, olvidamos…
Nos miramos a nosotros mismos, sin aplicar ningún tipo de responsabilidad, es más fácil delegar y ceder. La clase política cae en la indiferencia y su excelencia brilla por su ausencia. Pequeñas alimañas que nos roen con su discurso aburrido y vacuo, para luego acabar pataleando como cerditos, que no saben qué hacer ni dónde ir. Algo que evidentemente tiene que explotar, reventará de un modo u otro, y cuando lo haga pensaremos que ya no nos queda nada, y al fin, podremos ver la luz al final del túnel, aunque claro, es demasiado tarde para salvar lo insalvable.
Reminiscencia, vuelta a lo primigenio, purificación, regreso a la naturaleza, ver lo que no se vio durante mucho tiempo. Ahora solo hay tiempo para encontrarse a uno mismo, en un mundo que desde luego no es muy bonito, y nos lo venden como el mejor.El ok computer es nuestro punto de partida y de retorno, una perfecta descripción musical del momento contemporaneo en el que vivimos.
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