Para Nietzsche la búsqueda de ”la verdad” es absurda. El comienzo del libro es durísimo en sus afirmaciones. No hay una verdad absoluta e inamovible para todos. La verdad firme no existe, es el derribo de las categorías, el ataque a la religión y a las certezas. El hombre para sentirse más seguro y aliviado busca esas certezas sobre las que establecer un sentido para la vida. Pero la vida de esas certezas es una vida muerta, es agua salada como señalará el propio Nietzsche, con el que difícilmente calmaremos nuestra sed. Así su primera crítica se dirige a la sólida estructura de verdades, de las que el hombre se había rodeado y empapado, sobre las que había edificado durante tanto tiempo, vertiendo un pensamiento que no vale para la vida. Hay que cambiarlo todo, y qué mejor que mordiendo las piernas de nuestra cultura. Así en los comienzos del libro, la verdad, tal y como nos la habían trasmitido es una bufonada, se han reído totalmente de nosotros, y ahora lo estamos pagando. Nos han hecho mucho mal y poco bien, y el primer paso para cambiarlo es este. Rechazo de la objetividad, contra el conocimiento objetivo, devenir. Escepticismo ante los grandes e inamovibles sistemas. No hay una única verdad, y generalizar con ella es un despilfarro de intenciones, que a nada bueno han de conducirnos, precisamente lo contrario, pues nos llevan a la necedad y al falseamiento de la vida.
Para Nietzsche quien tiene necesidad de verdades objetivas, es quien menos seguridad tiene en sí mismo. Quien no cree en sí mismo necesita certezas inmediatas. Señala una debilidad de aquellos que someten su vida a imperativos. De ahí su hostilidad con la ética kantiana, la ética utilitaria y la moral cristiana. Por eso, toda esas conjunciones que nos intentan establecer son papel mojado, no existe la verdad única e inamovible, y el hombre debería cesas en su empeño por hacerlo, pues lo que no vale para la vida no vale para el hombre. Todas estas cuestiones son las que nos han conducido a esta situación, y la que ha arrastrado tanto sufrimiento y tantos abusos por parte de aquellos que intentaban imponerlas, atemorizando a los hombres y doblegándoles. La verdad no puede ser común a todos.
Los errores que en su momento se revelaron más propicios para la expansión de la vida fuerte y poderosa, se convirtieron paulatinamente en verdades indiscutibles. Los términos verdad y falsedad se invierte, y lo que nos vendían como bueno nos reprime, y lo que nos vendían como malo nos hace fuertes.Aquel que busca el consuelo en un más allá. Resentimiento de esclavo, incapacidad para afrontar riesgos, temeroso de la vida y de lo que le puede acontecer, ya que no está a salvo en ningún modo, busca consuelo, grita ayuda mostrando su debilidad. Hombres replegados, sometidos, de extraordinaria sensibilidad para el dolor, que llora y se apiada. Que teme al fuerte, incapaz de venganza, y que busca el amor a Dios, y cree en la igualdad de los hombres ante Dios.
El hombre escéptico, que tenga su verdad, no va a salir a la calle con un cartel para convencer a nadie de que le siga, no la quiere para imponerla ni venderla, pues es una verdad para él mismo. “El bien común… ¿Cómo es posible? Lo común tiene siempre poco valor.” Así señala con el dedo Nietzsche a lo común, a lo que no es originario de uno mismo, a lo que es dado y aceptado por todos. Todo esto tiene relación con el capítulo anterior. El filósofo del futuro es aquel que abandona la verdad, para construir la suya propia. La verdad no es una verdad de todos ni para todos. Nietzsche ataca a los grandes relatos sustentados en “verdades” inamovibles y universales. Según él eso no vale para nada. El se mueve en el escepticismo, su verdad para él, pero no necesariamente para todos. Los conceptos absolutos de verdad quedan relegados a un segundo plano. El hombre, por primera vez en la historia, carece de categorías o revelaciones metafísicas a las que agarrarse. Esos planes que nos legó la historia no sirven para el espíritu expansivo, y si no sirven para la vida debemos liberarnos de ellos.
Comúnmente se piensa que Nietzsche es nihilista, pero es una expresión que habría que matizar, pues para él los nihilistas somos nosotros. Los nihilistas son aquellos que han sido adoctrinados e incapaces de ver al hombre como es. Lo han replegado, lo han amansado, lo han adoctrinado. Más allá del bien y del mal está despojado ya de esas verdades instauradas, por lo que el concepto de bien y mal se altera. Los valores judeo cristianos trasmitidos a lo largo de la historia son para débiles. Para Nietzsche lo erróneo es la misericordia, la piedad de ayudar al prójimo en sus desventuras con el mundo, el igualitarismo, el socialismo, el cristianismo… Verdaderamente Nietzsche golpea a la cultura occidental con mucha fuerza. Todos los valores metafísicos y religiosos sobre los que occidente había crecido eran una patraña, conceptos vacios tras lo cual no había nada. Eso deja al hombre solo, que ya sufre en este mundo, y le propone una integración en el mismo, bajo una nueva oscuridad que no somos capaces de iluminar. Frente a esta aparente soledad Nietzsche acude al superhombre, a la voluntad de instaurar unos valores para cada uno, que necesariamente no deben estar en cánones ni de pretensión universalistas, sino personales en el sentido total de la palabra.
El hombre no es libre, o tiene voluntad o no la tiene. Estos actos emanaran de la fuerza pujante del que decide, del que posee arraigo por si mismo, del que no se arruga ante el destino y vive una vida de pujanzas y riesgos. Son las virtudes de unos filósofos del futuro que vivirán de sus verdades. Esas verdades elevan al espíritu, y evaden cualquier acto que anule o aminore la fuerza de la vida.
2 comentarios:
muy interesante. Entonces se supone que sólo a través de la voluntad individual podemos encontrar la verdad que nos rodea, pero además esa verdad sólo sirve para nosotros.
Una pregunta. ¿Cómo explica Nietzsche entonces la sociedad? Me ha entrado curiosidad.
Por cierto el concepto de verdad de Nietzsche, desde el punto de vista periodístico, es muy interesante y realmente acertado.
Tengo que enterarme sobre la cuestión de la sociedad, pero de primeras te diría que no encuentro ninguna pega a la vida social, propia del ser humano, lo que si aboga es por la emergencia de unos nuevos valores, algunos de los cuales podrán resultar chocantes, pero si algo es Nietzsche, es eso, chocante. Cuídate mucho Ratacol, seguiremos en contacto. Un abrazo
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