martes, 4 de mayo de 2010
Vida y soledad.
Nacemos solos, vivimos solos y morimos solos. La compañía que nos ofrecen los demás es ilusoria, bella apariencia desde luego, pero ilusión de todos modos. El camino, la vida, el recorrido que ella conlleva es cosa de cada uno. Creo que hay que ser optimistas, pero eso no significa que la vida lo sea. A la vida poco le importan nuestros juicios de valor, nuestros gustos o preferencias, es un paseo, un escenario teatral, que pese a la multitud de elementos que la representan uno la vive en sobrecogedora soledad. Es mejor no hacer sumas, porque las cuentas no salen siempre que uno quiere. Aquí es donde el 2+2=5 orweliano cobra el sentido del sinsentido. Y eso siempre se hará bajo el terrible sentimiento de soledad, apaciguable, pero no extinguible.
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4 comentarios:
Nacemos solos, pero nacemos en el seno de una sociedad, rodeados de gente por todos lados, constantes interacciones. Aunque no haya nadie cogiéndonos de la mano cuando salimos del vientre materno, necesitamos casi al intante del contacto de nuestra madre, de su suministro de alimento, si no morimos... Y nuestra vida y nuestra existencia es constantemente enriquecida, nuestro cosmos se conformaría sin el contacto malo o bueno, sin el lenguaje, sin el pensamiento social, sin el roce del prójimo, sin su apoyo.
Nacemos y morimos solos, sí, pero en medio hay un recorrido en compañía, el hombre es social.
Hablo de la soledad en sentido trascendente, ensimismado.La compañía es ilusión, bella ilusión, nada más desde mi punto de vista.
Por otro lado mira el contacto social como está, por los suelos, hundido, pueden violar una chica en el metro que no sucede nada, infinidad de casos extravagantes que violan lo que muchos defienden como condición humana.
El lenguaje está contaminado, usurpado de significado, inservible, aspecto negativo que responde a los intereses de otros.
Es cierto que el hombre tiene un carácter social, pero no es precisamente eso lo que le enriquece. Precisamente intento señalar y subrayar lo contrario, pese a estar rodeado de muchos estamos solos.
Es sólo una opinión, pero así lo veo yo.
Cita de un articulo titulado "Contra la bondad" de Javier Cercas publicado en el País Semanal nº 1.775:
" Y es ahí donde Phillips y Taylor vindican una vieja y original visión de la bondad, una visión precristiana o anticristiana que, desde los estoicos hasta los ilustrados -de Séneca a Rousseau- propugna la bondad como placer, entre otras razones porque surge antes del amor a uno mismo que del amor a los demás: dado que somos seres fundamentalmente sociales, no podemos ser felices sin la felicidad de quienes nos rodean, de manera que contribuir a la felicidad de los demás significa contribuir a nuestra propia felicidad. Esa contribución es la bondad, una bondad compleja y manchada y ferozmente humana -no simple ni impoluta ni arcangélica-, esencialmente gozosa también dado que no ignora que, aunque seamos egoístas y violentos, tenemos necesidad de los demás, y que esa necesidad no es una humillación ni una flaqueza, sino una fuente de alegría y una garantía de plenitud vital."
Estoy de acuerdo con Nun.
Además pienso que la propia (la de uno mismo) permeabilidad social (con las personas que eliges y te eligen, con las que amas y te aman) puede ser muy poderosa en un sentido muy positivo.
La vida nos permite soledad (que puede ser maravillosa) y vivencia con el otro y en el otro, que también puede ser fantástica. Conclusión:
Todos los momentos pueden ser buenos, y el desarrollo de la capacidad de entendimiento de uno mismo y de los demás (sobre todo de "los demás" que te importan) te acerca a esa situación (ojo, también pueden importarte la humanidad y los desconocidos).
El aumento de la empatía incrementa nuestras posibilidades vitales como si de literatura hecha carne se tratara. El desarrollo de la empatía nos humaniza y debe ir de la mano de respeto de los sentimientos del otro aunque nos parezcan pueriles.
Todos los momentos pueden ser buenos, aunque no es necesario que sea así.
Todo lo humano está desvirtuado en alguna medida. La virtud pura no es poseída por nadie y no hace falta que eso ocurra para ser feliz. Tampoco hace falta que eso ocurra para no sentirse sólo.
El lenguaje está contaminado, pero el pensamiento individual también lo está, así como el lenguaje mental necesario para que este último exista. De hecho no lo podemos considerar un mar que pasó de cristalino a contaminado. Se forma y muta desde su mismo nacimiento hasta que se extinga el ser humano y durante todo su viaje será imperfecto y limitado. Si fuera perfecto o puro sería ajeno a lo humano y probablemente no nos serviría. Uno escucha lo que el otro dice e interpreta lo que cree que el otro piensa y siente no sólo en base a las palabras y frases seleccionadas, el lenguaje humano va mucho más allá de la Lengua y su gramática, verbal o escrita. Incluso el momento en que se dice algo, puede significar mucho (muchas cosas tienen significado lingüístico para el hombre más allá del verbo o la palabra).
Lo que le importa al hombre, seamos sinceros, es cuán sólo o acompañado, arropado, amado, estimado, valorado, escuchado, entendido se sienta. Cualquier disertación teórica que pretenda demostrar la soledad de facto del Hombre sólo expresa el sentimiento de angustia de un hombre en particular: el que la suscribe, que se siente sólo (ahí es nada) y busca que los demás entiendan ese sentimiento lanzando una teoría filosófica, sociológica o de pensamiento como quien lanza un cañonazo de verdad.
En realidad lo que arroja es sencillamente un mensaje en una botella: estoy aquí.
Javi.
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