lunes, 26 de abril de 2010

La fatiga del monstruo Occidente.

A lo largo del siglo XVIII se gestó la idea de que la razón conduciría a los hombres a un estado de paz, de comprensión, hermanamiento, avance y progreso. La luz de la razón sería el faro iluminador que sacaría al hombre de sus miserias, de sus disputas, de su pobreza y de toda carencia notable, promulgada por los intereses egoístas que mueven la condición humana. Bajo este bonito rótulo de racionalidad, se primó el conocimiento científico técnico, con la esperanzadora promesa de que el día de mañana todo sería más fácil y más bello. Tres siglos más tarde, lo único que ha quedado patente es, que somos capaces de destruir con mayor potencia y precisión que en ninguna época histórica pasada. Que somos capaces de investigar líneas tecnológicas para satisfacer el ocio de las poblaciones occidentales, pese a que más de la mitad de los habitantes del planeta Tierra, luchan con todas sus fuerzas para llegar a fin del día. También hemos desarrollado unos sofisticados mecanismos para aniquilar los recursos planetarios, en un constante derroche que marca nuestro ritmo de vida, a costa de hurtar e impedir que otros tengan la mínima posibilidad de satisfacer las necesidades mínimas para una vida digna. Es evidente que Occidente está en crisis (entiendo por occidente los mal nombrados "países desarrollados"), Occidente está fatigado, Occidente está hundido.

El modelo racional sobre el que ha intentado elevar sus bases es un auténtico fracaso. Cabría una voz crítica que me enumerara cientos de avances significativos. Posiblemente estaría de su lado, pero le preguntaría quién tiene acceso a dichos progresos, si su necesidad es de primer orden, y el coste que ha supuesto llegar a ese punto. Esta claro que no hemos sido capaces de cumplir prácticamente ninguna de las promesas sobre las que nuestra cultura ha crecido. A esto cabe añadir que nos estamos hundiendo en un espeso fango, donde late una profunda crisis espiritual y humana que algunos autores denominan nihilismo. Yo me pregunto, ¿qué ha sucedido para llegar a estar en este estado?. Pues bien, creo que es imposible hacer un análisis certero capaz de responder a esa pregunta en una entrada de blog, y que mi cabeza tampoco está capacitada para ello, demasiado enredo, demasiados intereses y estrategias, demasiados cambios y factores en la compleja sociedad en la que vivimos.

 Yo no tengo la receta, quizás ni siquiera sé lo que quiero, pero algo tengo claro, y es que sé lo que no quiero.Como primer apunte dejaré unas pinceladas sobre un asunto que los gobernantes tratan actualmente en nuestro país, la educación. A los políticos no les interesa que gocemos de buena formación, con ella nos rebelaríamos contra su mediocridad y su desfachatez, les exigiríamos en buen grado aquella tarea que nunca realizan, y en ese sentido ellos temerían al pueblo y les incomodaría nuestras exigencias. A ellos les molesta que leas, que tengas criterio propio, que reflexiones los asuntos, que te preocupes por lo que te rodea, en definitiva, que ejerzas tu condición de ciudadano. Creo que este paso es indispensable para provocar un despertar en la conciencia, que deje al desnudo el cinismo y la hipocresía con la que nos alienan. Pese a conseguir una buena educación, todavía quedaría mucho por recorrer, sólo sería un primer paso, aunque bastante importante, así que un primer consejo es decirte, fórmate, lee, se valiente.

Tengo una visión bastante pesimista del momento presente, que yo calificaría de realista, pero no soy un llorón. Pienso que el hombre cuando concentra sus esfuerzos en un asunto suele salir bastante airoso, la cuestión es ponerse manos a la obra en las líneas de trabajo adecuadas. Eso no sucederá hasta que no salgamos de la caverna, hasta que no se suscite un cambio reflexivo, que  desvele que nuestro modo de ser "occidental", y su aceptación de la vida a grandes rasgos es una auténtica estafa, un engaño, una impiedad y una forma de esclavitud refinada.

5 comentarios:

Acrobata dijo...

Miki,

Si el "revelaríamos" es de "revelación" correcto. En cambio "rebelión" de las masas es con b: entonces "rebelaríamos".

Buen post,

Miguel Fanjul Martínez dijo...

Cierto Diego, corregido, muchas gracias!

Javier Iglesias dijo...

"Yo me pregunto, ¿qué ha sucedido para llegar a estar en este estado?."

En primer lugar yo no buscaría culpables externos, sencillamente todos nosotros somos incapaces de dar la vuelta a la situación, aunque gocemos del poder.

En segundo lugar la razón es un poderoso arma, pero los nacionalismos y fanatismos son duros enemigos.

Y en ese combate ha nacido el último enemigo, más sibilino y sigiloso que el resto: el descreimiento que usa la autocomplaciencia como arma.

Grandes palabras, pero pocas acciones, al menos en mi texto

Ely dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ely dijo...

Profunda reflexión que nos agita el corazón. Suenas como todo un revolucionario!