miércoles, 2 de abril de 2014

Un mundo feliz ;)



 Vivimos comunicados, pero nunca hemos estado más alejados del vecino que en nuestro presente. La realidad es que el mundo interconectado ofrece una plurivocidad de medios y formas para interactuar con el otro, de decir o trasmitir, de incidir en el mundo sin importar dónde estemos y hacernos partícipes de la gran comunidad. Todo un parque tecnológico a nuestros pies para desembocar en una profunda esterilidad de contenido. Como ocurre frecuentemente, lo que se hace pasar por real no es más que una ilusión. Es un enorme escaparate de posibilidades diluidas, mercadeo de egos, donde la distancia es mayor precisamente por la sensación de poder que parece brindar, pero que en última instancia desemboca en una escisión de esferas individuales, los hábitos perceptivos de los usuarios se atrofian en un océano de conexiones en las que somos partícipes.

  El marco cultural postmoderno estalla de dolor cuando la inclinación y la tendencia no es hacer un mundo feliz y mejor, sino la venta de imágenes que se agotan en la presentación misma, sin traer los beneficios del progreso humano prometido. Las fuerzas económicas y el narcisismo individual se liberan de aquella misión liberadora, los usuarios pueden entrar y salir sin trabas ni dolor a pesar de tener a su alcance los medios necesarios para vislumbrar los aspectos más básicos que la humanidad necesita resolver con urgencia, pero los apremiantes cambios siguen sin llegar ya entrados en el nuevo milenio. 

  Todo es fugaz, todo parece deslizarse, mudamos de piel como la serpiente, saltamos de contenidos y nos deslizamos sutilmente sin advertir que se nada en una nada, en un complejo bucle enfermizo que parece renovarse cada día sin ser más que un delirio de sucesos que no conducen a ninguna parte. La persuasión de la palabra escrita recibe una estocada, la imagen y proyección de lo que somos o queremos ser se abre paso sin firmes argumentos, porque su nueva arma es una terrible seducción que disfraza y oculta, que entierra su vacío e inutilidad. Sólo se muestran las ventajas de una era tecnológica que nos asegura elevarnos como nueva humanidad disfrazando todas sus miserias, pero de una manera tenue nos inculca un veneno paralizante y vaporoso que oculta nuestro bochornoso retraimiento como especie súpercivilizada. 

   Por eso desconfío del discurso tecnológico, por eso dudo de las promesas sobre las que se eleva, por eso me mosquea su apremiante optimismo con las dibujadas sonrisas que muestran sus anunciantes, por eso recelo de nuestro patio de recreo y me escaman sus patologías, por eso me cago en su puta madre.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

jaja...la última expresión sí que valió la pena por todo lo dicho anteriormente...acuerdo contigo que estos medios tecnológicos son poderosos por facilitarnos crear una imagen que muchas de las veces no tiene más que validez virtual; pero no olvidemos que lo que llamamos "medios tecnológicos" no es un sujeto de voluntad propia que quiere presentarnos un perverso y obscuro mecanismos de invención de engaño y lucha de egos; es el propio hombre que al inventar estos medios ha quedado enmarañado en las consecuencias de la utilidad de los mismos. De todas maneras no debemos pasar por alto el concepto de "medio" de "útil"...pues eso mismo hace de estos mecanismos simples arbitrariedades :D

Miguel Fanjul Martínez dijo...

Siempre he pensado que la tecnología no es neutra, aunque el uso que se le puede exprimir cada individuo es muy diverso. Me quedo con esta frase de tu comentario

"... no olvidemos que lo que llamamos "medios tecnológicos" no es un sujeto de voluntad propia que quiere presentarnos un perverso y obscuro mecanismos de invención de engaño y lucha de egos; es el propio hombre que al inventar estos medios ha quedado enmarañado en las consecuencias de la utilidad de los mismos"