Hay mas posibilidades que el naufrágio, otras épocas e historias han calado en mí. Existen muchas fuerzas y alternativas.
“Filosofar es aprender a desprenderse: no se nace libre, sino que se llega a ser, y nunca se acaba de llegar…Tal vez porque nadie es prisionero sino de sí mismo, de sus hábitos, de sus frustraciones, sus papeles, sus rechazos, sus ideología, su pasado, su mentalidad, sus miedos, sus esperanzas, sus juicios…Cuando todo esto desaparece ya no hay prisión ni prisionero: ya no hay más que la verdad, que no tiene sujeto ni amo” Comte-Sponville
En este panorama, y en una sociedad ramificada con mil y un campos diferentes, que se entrelazan y afectan, es realmente complicado pensar, pero eso no quita que debamos omitir esa reflexión. Ninguna época histórica ha sido fácil, intentar comprender el mundo es un intento obligado para cada uno. En esta anestesia económica estamos sumergidos, en pan y circo tecnológico, sin hacer caso a las verdaderas exigencias que como persona deberíamos tener, no para que todos actúen como yo piense, sino para que al menos se pregunten ciertas cuestiones fundamentales, como la forma en que quiere vivir y como llevar a cabo una realización personal. Cualquier persona que no se pregunte mínimamente esta cuestión le diría que es un pobre hombre o que tiene la sensibilidad de una piedra. No es fácil, pero hay que luchar, aunque sea por uno mismo.
La filosofía no es un discurso, ni siquiera sabiduría, más que nada es una actitud frente a la vida.Siento predilección por aquellos autores que afirman la existencia en el sentido más amplio y autónomo del término. La filosofía es muy extensa, y existen numerosas corrientes y escuelas que paracen compartimentar las esferas que defienden enfrentandolas entre sí. No me gustan esas categorizaciones cerradas, y últimamente se tiende al encasillamiento académico (gran error). Al margen de tales discusiones, que se las dejo a los académicos, sin duda, los autores que más me han llamado la atención son aquellos que afirman la importancia de vivir con todas sus consecuencias y la alegría como actitud, aunque a veces no sea fácil de lograr. Los que ven al hombre como una potencia, como un ser que quiere perseverar en su existencia, y que adopta una postura de aceptación y alegría ante los sucesos del mundo.Es evidente que la vida nos pondrá en situaciones límite, verdaderamente jodidas de asumir, y que no siempre podremos mantener la calma, porque somos humanos, no robots, y somos susceptibles a fluctuaciones de ánimo. Pero es que tenemos que aceptar que el mundo no se amolda siempre a nuestros deseos, y que su fuerza es mas aplastante e impredecible que las aspiraciones que podemos mantener, para lo bueno y para lo malo, de ahí que la vida sea una caja de sorpresas. La propuesta es clara, aceptación de la realidad, afirmación de la existencia, no esperar cosas del mundo, sino dejar al mundo desenvolverse, y en ese devenir intentaremos perseverar en ese contento, en esa actitud alegre y de apertura.
"El hombre sabio remite todos sus afectos a la alegría o al deseo, ya que obra por sí mismo... La fuerza del sabio no es signo de dominio, sino de amor generoso, que contrarresta el odio, la ira y el desprecio que otro nos tiene...Tranquila seguridad del que no teme ni espera."Luciano Espinoza Rubio.
Se podría escribir muchísimo sobre temas que aquí se plantean, y la exposición podría ser mucho más amplia, pero lo que me interesa es mostrar esa actitud nucleótica de la que beben esos autores, basada en la alegria, la afirmación de la vida y el gobierno de uno mismo.
2 comentarios:
una mirada muy positiva hacia nuestro interior. Estoy especialmente de acuerdo en la consideración del ser humano como Potencia, en el sentido matemático de la palabra incluso. Puedes ser persona, o persona al cuadrado o al cubo y asi sucesivamente. Lo mejor de todo esto es que tú y sólo tú tienes la potestad, la capacidad y la responsabilidad de ponerte tu propio exponente o incluso en ir progresando aritmética o geométricamente.
Otro punto a tratar es olvidarnos de los hechos y de las metas. Personalmente considero que el hecho de tener un "algo" realmente relevante por el que vivir ya es un éxito apabuyante. No es fácil encontrarlo, el ruido que resuena a nuestro alrededor nos oculta el silencio que en muchas ocasiones vive en nuestro interior. Nuestro deber el despertar a nuestras voces perdidas y hacer que se multipliquen como potencias que somos. Si no sacamos adelante este deber, perdemos el derecho a sentirnos completos.
Yo no quiero perder ese derecho.
queria escribir sobre las potencias del ser humano, mis ultimas entradas estaban teñidas de una realidad vista de forma muy visceral, aunque es igual de visceral que el este tecto. Saber que el mundo es muy jodido, pero saber que hay herramientas para fomentar un proyecto que otorgue sentido a esa existencia, partiendo de unas bases. Las metas mejor dejarlas de lado, estoy contigo en ese aspecto, escribire algo sobre el.Tus intervenciones enriquecen este blog, gracias Magneto,te seguire de cerca.
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