martes, 25 de enero de 2011
Schopenhauer: música y vídeo, voluntad y representación.
Ahora entiendo porque no me gustan los vídeoclips musicales, salvo en raras excepciones. La música como idea del mundo, como algo íntimo, que habla al ser, es inefable, trasmite esencias, tiene un carácter no representativo, no reductible a conceptos ni a imágenes. No pertenece al mundo de la representación, en la música desparecen todas las limitaciones y separaciones, es como la noche, la penumbra donde no se diferencian los objetos. Como decía Novalis, "no es que la noche sea oscura, es que tiene una luz diferente".
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