lunes, 17 de febrero de 2014

Divagaciones sobre la cultura de la desinformación



"¿Sabes lo que he notado? Nadie se aterra cuando las cosas salen de acuerdo con lo planeado, aún si el plan es horroroso. Si mañana le digo a la prensa que un criminal va a morir o un camión con soldados va a explotar, nadie entra en pánico porque todo es parte del plan. Pero cuando digo que un pequeño alcalde morirá, bueno, ¡todo el mundo pierde la cabeza!"    El Joker.

 Puede explotar una fábrica en China con centenares de muertos y aún así ser más noticia el último romance de Beyoncé.  ¿Por qué hay noticias que acaparan el centro de atención de casi la totalidad de la ciudadanía, y otras pasan totalmente desapercibidas? La realidad es que existe una planificación informativa que templa la sensibilidad social. Los principales medios suelen abrir con las mismas noticias y la editorial establece las diferentes lineas ideológicas a diferentes gustos. La independencia informativa objetiva no existe, porque el asalariado o los propios medios dependen de una publicidad o poder que los sostiene. Uno finalmente termina por acaba leyendo lo que quiere escuchar y la información se vuelve una fuente más de consumo al gusto del usuario.

 Cada día se lee menos prensa escrita y se siguen más noticias a través de la red, que con gran velocidad se come al papel de periódico. Esto presenta numerosas ventajas y desventajas, pero cabe resaltar que el medio de información y la fuente de información es la misma, Internet (tremendo problema). El auge de las tecnologías de la información hace que las noticias vuelen de un lado a otro del globo en cuestión de segundos, y en cuestión de minutos o de horas el fenómeno es viral para estar en boca de todos, el acceso a las mismas se ha vuelto más sencillo y a la vez más abrumador.

 Este tremendo tráfico desemboca en pura polución informativa, en contra de lo que muchos tienden a pensar, tener más información no significa estar mejor informados. La ingente cantidad de información disponible, su falta de higiene y la velocidad vertiginosa con la que circula dicha información es característica ineludible de nuestra postmodernidad, donde miles de engranajes funcionan a toda pastilla, haciendo muy difícil pensar con cierta claridad los fenómenos que rigen nuestro presente.

 Para regir y discernir entre esa marea informativa hace falta pensamiento crítico. A mi juicio la mayor carencia de nuestros días, provocada por muchos factores imposibles de nombrar todos aquí, algunos: nuestra sociedad de masas que todo lo diluye y la metástasis educativa, que tiene como terrible consecuencia, el estreñimiento mental que campa impunemente en nuestros días. La educación se ha convertido en un panfleto a modo de "Normas para el parque Humano" (P. Sloterdjick).  Pese a la libertad que uno cree disponer para escribir un tweet a fulanito o sobre una decisión gubernamental, me pregunto si somos educados con un espíritu crítico suficiente como para valorar el contenido y la finalidad de una noticia, que los medios orquestan para ser de mayor importancia que otra. Y la respuesta es claramente NO. Kant ya nos advertía que la Ilustración es enemiga del Estado, a medida que un pueblo es educado en lo que él denominaba mayoría de edad (pensamiento crítico, sin estar plegado a lo que dice el vecino) el Estado y sus gobernantes tendrán que responder con mayor exigencia sus peticiones, y eso es lo último que desean los más malos. Casi la totalidad del tsunami informativo se concentra en unas pocas manos, fruto de la globalización, sé que es una cuestión ineludible el que la globalización avance, pero deberíamos preguntarnos qué clase de globalización queremos y no abrazar la globalización neoliberal que nos venden, que es una auténtica estafa y un crimen disfrazado para el conjunto del planeta. Se podrían globalizar los derechos humanos y centrar el énfasis en ello, pero lo que mejor se ha globalizado es la economía, llevando a la bancarrota a muchos países y sus familias.

 Al igual que hay cuatro agencias que dicen  si tu dinero vale más o menos (S&P, Goldman Suxxs) hay cuatro agencias de comunicación que suministran al mundo la información teledirigida. Llega una nota de Routers y el mandado de turno "copy and paste", "copy and paste" de un comunicado gubernamental y así sucesivamente. Las grandes agencias a través de sus millones de comunicados orquestan la visión y resaltan la información según alberguen sus intereses. El término información se vacía y no hace justicia a la misma definición, es una comunicación líquida, fría, sesgada, desenfocada y desligada del carácter ético que toda  información noble debe portar o al menos, aspirar.  

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