miércoles, 4 de agosto de 2010

Naturaleza y gilipoyez.


El ser humano siempre ha tenido que hacer frente a los avatares de la existencia. En los comienzos buscaba agua y alimentos en un medio hostil, la naturaleza. La naturaleza se rebelaba como oposición a superar, nos dábamos de tortas por conseguir buena caza y sobrevivir en el entorno. Pero esa naturaleza que marcaba los pasos evolutivos de la raza humana ha cambiado de papel, ya no nos integramos en natura, ahora nos integramos en la urbe. Marcados por el desarrollo tecnológico y político, hoy en día nuestra supervivencia y adaptación al medio pasa por ir al supermercado, en lugar de cazar, pasa por tener permiso de residencia y seguridad social,  pasa por adaptarse a una burrocracia y el pago de impuestos, en definitiva, pasa por la adaptación de unas leyes y costumbres marcadas por pautas humanas. Ya no se hace frente a lo natural, al medio que nos rodea, ese medio ahora somos nosotros.

Es muy diferente, por lo que vemos, la situación en la que estábamos y en la que estamos. La naturaleza no pregunta, actúa y se desenvuelve, pero en el caso de los hombres no ocurre así. Las normas, las pautas, las formas de vida del hombre occidental son puramente humanas, humanas demasiado humanas, fruto de la cultura y las creaciones, lo cual, si se piensa fríamente es aterrador. Es aterrador porque es el hombre el que se enfrenta a sí mismo hoy en día, es aterrador porque todo tipo de empobrecimiento e inadaptación al nuevo medio viene señalado por una cultura en decadencia, con demasiados agujeros, incompleta, cruel, donde no se intenta velar por la felicidad, sino que todo se convierte en una lucha de competencia y eficacia, productividad y gasto, las nuevas pautas de adaptación pasa por ser partícipe del engranaje en que vivimos.
Si dominar la naturaleza nos llevó siglos, dominar al hombre a día de hoy es tarea de locos. La historia nos enseña que toda época ha tenido sus dificultades, pero hoy en día ya no temo a un tornado o a una peste, lo que me preocupa es que se tiren 200 cabeza nucleares en el planeta, legitimado por una ostentación de poder irracional.

Mi propuesta para no volverse loco es la siguiente. Trasciende y reflexiona, decide, sino otros lo harán por ti.
Ignora por completo los criterios estéticos instaurados por la publicidad y la televisión, son modelos de vida falaces y simplones. Lee, cultiva tu espíritu, aléjate de lo calculador, de las mentes de rueda y de metal, en la vida hay muchas cosas no dichas, y otras no se dirán jamás, intenta descubrirlas. Ten confianza en tí mismo, cuida de tus amigos y aprende a reír.

8 comentarios:

elbesu dijo...

El proceso de hominización es como poco impactante y debería remover conciencias Estoy de acuerdo,pero no creo que el hombre haya dominado a la naturaleza...más bien creo que la hemos transformado,deformado,degradado y ahora simplemente nos está dando un toque de atención,pero cuando la pacha mama hable temblaremos.

Miguel Fanjul Martínez dijo...

Buena precisión, cualquier día de estos se revuelve la tierra y devasta medio planeta.
Pero nuestro entorno más próximo lo hemos vuelto nosotros bastante complejo.
Un besu elbesu
eso ye asturianín.

Kahlo dijo...

Es que soy asturianina :), y te conozco,de cuando eramos peques,pero me gusta más el anonimato.Se me colo comentar con mi blog compartido.

Todo es complejo,supongo que esa será la gracia de la vida,volver lo complejo sencillo y no perder la esencia.Por mi volvería al trueque sin pensarlo!

Miguel Fanjul Martínez dijo...

¡Qué fuerte!

Kahlo dijo...

No tanto hombre,gijón es un pueblacho.Además fui a la versión femenina de tu colegio,pero por suerte acabe cambiando.Vamos,que tengo buena memoria.

Supercalifragi dijo...

me encanta tu propuesta!!

me ha encantado tu blog!!

Miguel Fanjul Martínez dijo...

Gracias!

Ely dijo...

Magnífica!! Sería bueno repasarla cada cierto tiempo