domingo, 25 de septiembre de 2011

Los violentos son ellos...




Viendo como están las cosas en nuestro país y en el mundo, veo en la violencia una posible solución para cambiar las cosas. Obviamente me cuesta pensar así, y me siento culpable por ello. Intentando reflexionar un poco más allá, me doy cuenta de que el sistema mismo, es mucho más violento que la solución violenta que pasa por mi cabeza.  


Con el fin de facilitar la tarea pondré la definición de la RAE a continuación:

violento, ta. 

(Del lat. violentus)

1.adj. Que está fuera de su natural estado, situación o modo.

2.adj. Que obra con ímpetu y fuerza.

3.adj. Que se hace bruscamente, con ímpetu e intensidad extraordinarias

4.adj. Que se hace contra el gusto de uno mismo, por ciertos respetos y consideraciones.

5.adj. Se dice del genio arrebatado e impetuoso y que se deja llevar fácilmente por la ira.

6.adj. Dicho del sentido o interpretación que se da a lo dicho o escrito: Falso, torcido, fuera de lo natural.

7.adj. Que se ejecuta contra el modo de regular o fuera de razón y justicia.

8.adj. Se dice de la situación embarazosa en que se halla alguien.


Ahora si que me apetece reventarlos a todos. Pues en una prostitución del lenguaje, típica de nuestro presente, nos han hecho olvidarnos del significado de la palabra "violento", o más bien se han vacunado contra él. Parece que lo que está amparado por la legalidad no es violento. Parece que porque el sistema permita lo que se está permitiendo no es violento, cuando en realidad es una forma mucho más cruel y depurada del término violento. Parece que por estar en un escaño o respaldado por un sistema electoral de mierda no es violento. Parece que tener un patrimonio de mil millones de euros no es violento, porque se lo ha ganado cumpliendo las reglas..."¿del juego?"

Pues bien, yo encuentro más violento todas las atrocidades y atropellos que estamos pagando en nuestros días, que sacar a guantazos a los responsables chupasangres que nos han conducido a este increíble y maravilloso presente.




viernes, 23 de septiembre de 2011

¿Qué ha pasado hoy en el CERN?


Esta misma tarde hemos recibido una noticia sorprendente. Un grupo de científicos del CERN (o LHC) creen haber demostrado mediante un experimento que existen partículas que viajan a mayor velocidad que la luz. Para los que andan un poco perdidos, esto significa llevar la contraria al propio Albert Einstein, que afirmaba que nada puede ir más rápido que la luz. Es como romper uno de los lazos sagrados de la física, violar un principio que hasta día de hoy se contaba como inviolable. Pero no caigamos en el periodismo facilón de los titulares, de que Albert Einstein está muerto (ya lo sabíamos), o que sus teorías son falsas. Vayamos poco a poco...

Lo primero que quiero aclarar es la palabra "paradigma", que usaré en la entrada constantemente. Para este contexto fue un término acuñado por Kuhn, él da hasta 17 definiciones en su obra, yo lo pondré más fácil. Entiendo por paradigma las bases sobre las que elevamos nuestro conocimiento científico. Existen varios cambios de paradigma a lo largo de la historia de la ciencia, desde Copérnico y la salida de la tierra como centro del cosmos, pasando por la mecánica de Newton, y acabando por la percepción de que el tiempo y espacio no son absolutos que nos legó Einstein. Todos ellos representaban una cambio en las bases de nuestro conocimiento a la hora de abordar la naturaleza. Esto pone de manifiesto que las teorías avanzan, unas se superan a otras integrándolas, y tarde o temprano se van viendo superadas.

 En principio todas las teorías científicas, son "falsables" (se vuelven falsas). Como decía Popper es cuestión de tiempo que una teoría sea sustituida por otra. Cuanto mejor es una teoría más tiempo tardará en ser sustituida. La pregunta es ¿por qué sustituir una teoría científica cuyas predicciones han sido siempre certeras?

La respuesta es sencilla. Una teoría suele emerger para dar respuesta a las cuestiones de una época, pero con el paso del tiempo los científicos siguen investigando, y cabe la posibilidad de que se encuentren con hechos que son incapaces de responder mediante la teoría dominante. Este es el caso de los agujeros negros por poner un ejemplo. Einstein predecía la existencia de agujeros negros, estrellas de gran tamaño que se colapsaban distorsionando el tejido espacio temporal en lo que los científicos llaman "singularidad". Pero nadie sabe qué es exactamente la singularidad, nadie sabe qué ocurre en el interior de un agujero negro, porque el aparato teórico del que se dispone no alcanza a explicar lo que sucede en esas condiciones tan extremas.


 Esto no es un una hecatombe del paradigma dominante. La aparición de pequeñas fisuras o ejemplos extraordinarios no obliga a abandonar un paradigma y tirarlo a la basura. No vamos a desacreditar a Einstein o a Heissenberg porque no sepamos que ocurre en la singularidad de un agujero negro. Se espera, a falta de tener herramientas mejores, para abandonar una teoría y ser sustituida por otra. Cuanto mayor sean los fenómenos naturales a los que no podamos dar explicación, más urge un cambio de paradigma.

Y esto es lo que ha venido pasando las últimas décadas, que se han ido acumulando casos que nuestra física actual no podía dar respuesta, es el caso de los agujeros negros, la supersimetría, la materia oscura, la energía oscura, los agujeros de gusano, universos paralelos, dimensiones extras... y esa tanda de conceptos con los que los físicos teóricos nos abruman, y que hace parecer más fácil creer en la Trinidad cristiana que en lo que ellos nos dicen.

A día de hoy parece que estamos en el umbral de un cambio de paradigma, que pueda aglutinar y resolver, todos los problemas de la pasada historia de la física... y los nuevos que aparecen. Esa será la teoría ganadora, aquella que aporte precisas predicciones sobre el mayor número de fenómenos, se elevará como la dominadora... o como paradigma dominante...

Puede parecer complejo, pero en realidad es bastante sencillo. Pongamos el ejemplo actual. Para medir los grandes acontecimientos del cosmos, la teoría de Einstein es la mejor herramienta que tenemos. Cuando Einstein irrumpió en la comunidad científica, su teoría presentaba una serie de novedades respecto a la anterior, no sólo lograba dar respuesta a los interrogantes que se habían acumulado en el pasado , sino también a los nuevos retos que la naturaleza nos ofrecía. A lo largo del siglo XX la teoría que manejamos se empezó a quedar obsoleta, y fueron acumulando en el armario una serie de fenómenos de difícil solución.

¡Lo que sucede hoy en día es que el armario está lleno! El CERN (un supercolisonador de partículas, o para ponerlo más fácil, un supermicroscópio) era la esperanza de poder ver la realidad de una forma nunca vista antes, lo diminuto de lo más diminuto. Hoy se ha visto una partícula viajar a mayor velocidad que la luz, pero era tan pequeña y esquiva que jamás lo habíamos podido comprobar. Comparado con el FERMILAB americano, el CERN es mucho más potente, ya que puede acceder a una escala de lo diminuto nunca disponible hasta ahora... y se espera que arroje resultados novedosos que iluminen el camino para el avance de la física como el de hoy, porque este sólo ha sido el primero. ¿Significa que tenemos ya una nueva física? ¡NO!

Una nueva teoría física no sale con facilidad, no se inventa de la noche a la mañana, hacen falta resultados y un genio que sea capaz de crearla, y creerme que como Einstein hay muy pocos... Por lo tanto estamos a las puertas de lo que podría ser un cambio en nuestra concepción del cosmos y de entender el universo.

Dicho todo esto, lo que está sucediendo es que el CERN empieza a arrojar resultados comprobables de que el antiguo paradigma se equivocaba en una de sus vacas sagradas, y esa vaca que ahora sangra, es la que afirma que nada puede viajar más rápido que la luz. La noticia ha salido esta misma tarde, y todavía tenemos que ser muy cautos a la espera de que se comprueben los resultados. Además, poner en evidencia la teoría de la relatividad de Einstein, no significa que tengamos el aparato teórico para que se dé un cambio de paradigma. Sin duda es un gran avance, una gran noticia que pone de relieve que el universo es mucho más complejo (aún más) de lo que esperábamos.

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Internet: nuevo campo de batalla.


La aparición de internet, cuyos precursores vieron en él una nueva vía de siembra para el control de las masas, tiene otras reglas, otra flexibilidad, es otro formato. Lo que iba a ser una nueva televisión donde catapultar los ideales vigentes que promulgan las estéticas del "soy lo que tengo",  se ha convertido en vía posible para revertir el orden establecido. ¿Cómo? Pues tenemos muchos ejemplos: destrucción de la industria discográfica, la mal llamada "piratería de contenidos", ataques contra "la seguridad" de las naciones, publicación de documentos que se pretendían como secretos, bloqueo de páginas comerciales, gubernamentales...

Cuando el individuo deja de tener un papel pasivo como en la televisión o en la radio, en la que es mero receptor de un mensaje, para participar bajo sus deseos en un nuevo espacio (no físico), las consecuncias son como poco, desconocidas. Dicho de otro modo, ya no somos meros espectadores sino participantes de la sociedad multimedia. Este margen de participación se ha vuelto en algunos casos un fastidio para el modelo cultural impuesto, un ataque en toda regla. Por eso veo que en el ciberespacio, hay un nuevo campo de batalla.

lunes, 19 de septiembre de 2011

Mutación: sospecho luego existo.


  Mi antiguo y querido catedrático de estética, José Luis Molinuevo comentaba en su  blog:
 "La tesis de Groys: en las sociedades mediáticas es verdad, no lo que nos saca de dudas, sino lo que confirma nuestras sospechas...Mutación: sospecho, luego existo."

  En el siglo XIX un grupo de filósofos, pensadores y literatos fueron denominados "los filósofos de la sospecha". Su principal tesis era poner en duda el largo camino recorrido por la razón, que con el tiempo derivó en mecanismos actuales tan arraigados como el utilitarismo, la razón instrumental, el positivismo y otra larga serie de ismos. Para los filósofos de la sospecha, el mundo fundado en verdades monolíticas y sin fisuras les provocaba la mofa y la risa. "La Verdad" ya no era tema de interés porque no existía tal verdad, y sobre ella levantaban la sospecha.

  Nosotros hemos dado una vuelta más a la tortilla. Ya no nos interesa la búsqueda de una verdad que se desenmascara como inexistente, sino el reconocimiento de nuestras sospechas. Por poner un ejemplo, las revelaciones de Wikileaks no hizo más que confirmar nuestras sospechas sobre el funcionamiento del mundo, muchos afirmaban que no ofrecían demasiada novedad, pero se confirmó el fondo que sospechábamos, que un gato muerto se escondía bajo una buena parte del engranaje del mundo.

   La formula cartesiana se redime bajo nuevas mutaciones: en sospecho luego existo, clickeo luego existo, poseo luego existo, consumo luego existo... La sospecha se torna como valor indicativo, forma de penetrar en las complejas sociedades tecnológicas en las que nos hallamos inmersos.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Amnesiac: un disco para pasado mañana.


  Hace ya 10 años desde que Radiohead publicó Amnesiac. Parece que fue ayer cuando lo compré, en aquella época vivía en la verde y gris Irlanda. Fue un año bastante lluvioso, incluso para un irlandés. Radiohead había sacado el Kid-A unos meses antes, dejando aterrorizados a todos los que lograron penetrar en él, no sin antes hacer un esfuerzo titánico por comprender aquel enjambre de sonidos de otra realidad. Le siguió Amnesiac, con apenas siete meses de diferencia. En un principio pensé que dos discos en apenas un año, tan consecutivos, podía quemar su trayectoria, al igual que le pasó a los Smashing Pumpkins.

  La realidad fue otra, ya queAmnesiac se mostraba como el reverso perfecto de su predecesor, el Kid-A. La diferencia estribaba en que era un poco más amable, algún componente de la banda (no recuerdo exactamente si Ed o Philip) lo explicó claramente, al comparar la visión de un fuego desde dentro y desde fuera. Si Kid-A era la visión externa de las llamas combustionando, en Amnesiac nos introducimos en su interior, dando una sensación de calidez, sin olvidar que todo ardía. Su relación con Kid-A es evidente, no sólo porque fueron grabados al mismo tiempo, sino porque las atmósferas recreadas y los ritmos marcados parecen casi parejos. Son diferentes caras de una misma moneda, y si nos ponemos un poco idiotas, uno no puede entenderse sin el otro.

  Los dos son discos de sabiduría para el pasado mañana. No se ha dicho nada nuevo en el panorama musical de la última década desde la aparición de Kid-A y Amnesiac. Ha habido discos muy buenos, excelentes trabajos, pero si de lo que estamos hablando es de romper moldes, de generar tendencias y de abrir fisuras... no se me ocurre nada que se les acerque.

  Son discos para el pasado mañana, no eran discos para su tiempo. De esto me he vuelto a acordar en Varsovia, en mis largos paseos por sus largos parques, donde el caminar de uno y la soledad del mismo, disponen al alma para la escucha sumergida y el sentido agudo.


viernes, 9 de septiembre de 2011

Frente al teatro de la muerte: alegría.

     El otro día amanecí eléctrico cuando descubrí en internet una entrevista de Peter Sloterdijk en el diarío "Le Monde". Allí expresaba sus puntos de vista sobre el derrumbe cultural en el que estamos inmersos. No voy a expresar aquí sus puntos de vista, me conformo con saber que no todos compartimos el mismo optimismo incrédulo, y que esas voces comienzan a ser escuchadas ante la falta de antibióticos de  nuestro sistema.

     Empaquetados en una lata de sardinas observamos por primera vez en mucho tiempo la posibilidad (muy real) de que mañana vivamos peor que ayer. Es la réplica de la caída del imperio romano, donde semanas antes de su destrucción total la gente seguía llenando los circos y las casas de putas.

     Es curioso porque esta idea tan novedosa no es para nada nueva. La idea del ser humano en progreso lineal e infinito a lo largo de la historia fue defendida por la mayoría de los autores que se han hecho oír en los últimos siglos, mientras que quién ponía en duda dicha estupidez eran tachados de locos, pesimistas, nihilistas, trastornados, incomprendidos y amargados.

     Ahora nos encontramos en una encrucijada que hace crujir al mundo, donde los cimientos tan sólidos y defendidos a lo largo de los últimos años y siglos, estallan ante el sublime espectáculo que provoca el hundimiento de una sociedad occidental que deja una bella estela tras de si...

     Porque la idea estética de que lo bello es lo digno de admiración es algo bastante superado. La destrucción, la bajeza, las explosiones y el desamparo también encuentran un lugar en el hecho estético, sólo hay que preguntarle a los románticos alemanes. Por mi parte voy a hacer un esfuerzo personal para estar alegre e intentar darle la vuelta a toda la fiesta que está montada, porque la risa, como ya he dicho en varias ocasiones, es arma y armadura frente a los acontecimientos que acontecen.

     Abrir bien los ojos, porque el momento que atravesamos es único, y bien merece ser observado con detenimiento para contárselo a nuestros nietos, si es que estos alguna vez, llegan a nacer.

     Una buena banda sonora para el momento del estallido total... Seguro que Dios tiene este tema en su Ipod.




miércoles, 7 de septiembre de 2011

A la puta calle: no te queremos.


  Me gustaría recordar alguno de los aspectos que consolidaron la política en Grecia.
  En la antigua Grecia, cuando la política lejos de ser perfecta, pero en cualquier caso bastante mejor que la nuestra, el asunto de la salud de la polis era el bien a salvaguardar. Una de mis condenas preferidas aplicadas en la época era el ostracismo. Cuando uno de los miembros de la comunidad acumulaba una cantidad de poder que pusiera en riesgo a los ciudadanos se le expulsaba de la ciudad diez años. La mirada de los griegos se tornaban hacia él y era desterrado por miedo a que un nuevo tirano se instalase en el poder.

  Ya sea por la posesión de excesivas riquezas o por la aglutinación de un gran poder militar la respuesta era el exilio, se le invitaba a irse o se le obligaba, lo mismo daba. Esto también sucedía cuando algún miembro celebraba fiestas orgiásticas en cadena, ya que semejante cartucho de embriaguez, sexo y vicios podían disparar la perversión de los hombres que habitaban sus calles. Si alguien elevaba su posición y crecía hasta tomar una posición que pudiese concentrar demasiada fuerza, era expulsada inmediatamente si la asamblea lo consideraba oportuno. De aquí se desprende una actitud de temor y cautela ante aquellos hombres que acumulaban demasiado estatus, demasiada fuerza, demasiado lo que fuese...

  Es evidente que los siglos han pasado, y que no podemos aplicar la ley griega a un mundo que difiere bastante del que los griegos conocían. Pero si hay algo que los griegos supieron ver era que la aglutinación de poder en unas pocas manos era un tema peligroso. 

  Hoy en día, una buena parte de los males que padecemos emergen por ignorar esta cuestión. No dudo que si alguno de los griegos de los que hablo levantase la cabeza, podría realizar un sencillo análisis que mejoraría sustancialmente la situación enferma que padecemos, y eso que le separan veinticinco siglos de diferencia.

  Lástima que no exista un hechizo de resurrección para traer de vuelta a grandes mentes, que tanta falta hace en nuestros días. En la era de las nuevas tecnologías habría que enviar al planeta Marte a un buen numero de perversos hijos de puta que juegan con sus manos antes de devorarnos.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Fake empire.


   Estamos medio despiertos, en un falso imperio. En la era de la globalización hemos conseguido "globalizar" la economía del "globo". Todas las economías unidas, a través de la bolsa, de las multinacionales, de las materias primas, de la industria farmacéutica, armamentística y demás. Lo que no hemos conseguido es globalizar los derechos humanos, la satisfacción de las necesidades básicas de la población mundial y un sinfín de aspectos cuya importancia es de primer orden.

   Nos globalizamos para lo que quieren, pero otros aspectos primordiales quedan marginados y relegados al plano de lo inexistente, tachándolo de imposible y utópico. No seré yo quien diga que se pueden erradicar todos y cada uno de los males que afectan al globo, pero ignorar que lo que se da en el presente es una violación de los principios éticos más elementales es querer estar ciego.

   El país abanderado de la libertad, Estados Unidos, es un falso imperio. Se revela como potencia hegemónica modelo a seguir. Nada más lejos de la realidad, su proyecto ha caído y sigue cayendo sin poder frenar su decadencia. Véase Guantánamo, las cajas negras de la CIA; el asesinato de Kennedy, el amparo de sus bancos a dictadores y asesinos, su venta insaciable de armamento, la utilización de las embajadas como sedes de espionaje, la compra/venta planetaria de recursos humanos y su carrera atómica. Eso sin contar los pucherazos electorales, su intento de patentar el mundo a costa de los más débiles y necesitados y su sumisión a la cultura de Wall Street.  

  No quiero echar la culpa a un sólo país de lo que acontece, ni siquiera creo que el lenguaje me permita culpar a una nación de lo que ocurre, sólo quería vislumbrar un ejemplo cercano y conocido por todos de lo patético e insultante que resulta vivir en nuestros días.  El frenético modelo en el que vivimos está en la UCI, a merced de unos mercados que dictan las normas y las directrices de del poderoso don dinero. Seguir en esta dirección propiciará el desastre total, a falta de que la gente opte por una alternativa viable que nos ayude a escapar del oscuro pozo en el que nos encontramos.

  La realización de un proyecto humano a nivel global se vuelve por lo pronto más necesaria que nunca. Desconozco los detalles de dicho proyecto, lo que no pienso es creer que las cosas no se pueden hacer mejor. Se pueden tener dos actitudes al respecto, ser mero espectador, o intentar desde las posibilidades de cada uno mejorar aquellas situaciones que uno tenga más a mano. Levántate, porque has nacido en un falso imperio, levántate y acepta la realidad de un planeta que se zarandea y se agita ante el interés de los" muy pocos". Levanta la cabeza y medio somnoliento date cuenta de que vives en un falso imperio, bajo las fuerzas tiránicas de los mercados, siempre insaciables y depravados. Levántate, porque nos espera un nuevo amanecer o nuevo anochecer de este falso imperio. A este falso imperio le falta oxígeno, a este falso imperio le falta explotar e incendiar todas las enajenaciones sobre las que se ha elevado.



viernes, 2 de septiembre de 2011

Apuntes (incompletos) sobre la felicidad.


  ¿Cuál es el precio a pagar, cuál es el camino a recorrer, para lograr la felicidad?. Tan ansiado por tantos, tan sólo logrado por unos pocos. La felicidad no puede ser nunca plena y permanente. Y entre esa movimiento de estados de ánimo caminamos por el mundo. Un mundo que en ocasiones se nos opone (Fichte), un mundo cuyo sedimento no es otro que el de la insatisfacción, el de un eco de sufrimiento que resuena en nuestro caja torácica constantemente (Schopenhauer). Una vida que es "una mala noche en una mala posada" (Santa Teresa), un mundo que es "un valle de lágrimas" (visión cristiana), un mundo que se nos muestra terrible cuando nos asomamos al abismo, y este nos devuelve su mirada (Nietzsche).

   Desde luego no a de ser fácil tan excelso logro, ser feliz... Tan preciado tesoro, de equilibrio y serenidad interior está sólo reservado a los más sabios. Hay toneladas de literatura, ríos de tinta, que velan por los diferentes caminos que conducen a la serenidad del alma. Cada uno con sus peculiaridades, cada uno con un pulso diferente. Aristóteles,Séneca, Montaigne, Spinoza, Goethe,  Pascal y tantos otros nos ofrecen diferentes reflexiones sobre el tema. La literatura del pasado es conversación con los muertos, traes al presente cuestiones plasmadas en letra y pulso, y a través de ella tenemos contacto con lo que fue, con lo que ha sido.

   Encontramos entonces diferentes caminos, diversas formas de entender el remolino en el que estamos inversos. Algunos autores nos resultan más afines al temple de nuestra alma, otros autores distantes y alejados del temple de nuestro ser. Por más que se haya buscado a lo largo de tantos siglos, el tan preciado tesoro de la felicidad, lo que con seguridad ya hemos averiguado desde tiempo atrás, es que no hay fórmulas, no hay recetas. No existe el manual de instrucciones, la fórmula matemática, el tablero y sus reglas varían constantemente, en cada época, en cada persona, en cada situación.

   No basta pensar qué cosas podrían alimentar al ser que todos llevamos dentro, no basta pensar qué me haría más dichoso en un momento u otro, o de que tiene sed nuestra persona. A la difícil cuestión que se nos plantea hay que agregarle la circunstancia,  "yo soy yo y mis circunstancias" (Ortega).

   Entre la difícil cuestión que se nos plantea se vierte una triple incógnita. ¿Qué es lo que quiero? ¿Cómo lograr saberlo cuando todo está imbuído en constante movimiento? ¿Cómo encajarlo en la época en la que vivimos? La primera cuestión atañe directamente a los deseos de cada uno, es una pregunta de delicada respuesta. Todos sabemos lo complicado que resulta saber qué es lo que uno quiere, muchas veces, a todos nos ha pasado, hemos perseguido un objetivo, hemos galopado para alcanzar una meta, nos hemos partido la cabeza y hemos inyectado todo el esfuerzo de nuestros músculos para alcanzar la meta ansiada, para después saber, que no era lo que buscábamos. La segunda cuestión está sometida al tiempo, a la contingencia, al saber que no deseamos lo mismo hoy, que ayer, que mañana. A saber, que todo está sometido a las estrictas reglas del cambio, al fluir de un ser que se extravía, que se encuentra y que se vuelve a extraviar. Y la tercera cuestión, quizás la que más me inquieta ¿cómo poder ser razonablemente feliz en la época en la que vivimos? Un presente duro y cruel, del que tanto me quejo en otras entradas de este mismo blog. Un presente en el que una cultura decadente se desploma ante sus propios víctimas. Un presente que ha aniquilado sus valores en favor del dios del dinero, de lo útil por encima de toda vida humana. Donde predomina una razón instrumental, y no queda lugar para la compasión ni el refugio del ser humano. El mundo como "jaula de hierro" (Webber) o las sociedades líquidas (Bauman), donde el vínculo es débil y moldeable haciendo que el vínculo no sea vínculo (facebook).

   Me jode no hallar respuestas, no creo que las consiga, porque de lo que aquí se trata no es de hallar respuestas cerradas. Ya hemos admitido que todo está sometido al cambio, tanto de nuestros deseos, tanto del mismo movimiento, tanto de nuestra época, la época de las grandes velocidades y aceleraciones.
Me queda un pequeño consuelo, pese a las diversas concepciones sobre la felicidad, creo que existe una posición global común de fondo. Pero estas respuestas no son un camino claramente delimitado e iluminado como una pista de despegue, más bien señalan una dirección, apuntan a un lugar. La aceptación y la alegría como metas inmediatas para construir un proyecto vital de cierto equilibrio. Pero qué difícil es elevarse, si para tomar fuerzas y aceptar primero hay que tocar el oscuro y aterrador fondo existencial, esa escena teatral en la que somo arrojados y obligados a bailar, aunque el teatro esté en llamas.

   ¿Cómo reír, cómo danzar, como aceptar y estar alegres cuando un huracán incontrolable te zarandea, te eleva y te estrella contra el suelo, para de nuevo elevarte o no dejarte levantarte jamás? Esta es la cruz del hombre, el peso a sus espaldas, el espíritu trágico griego, esto es una mínima porción, de aquello que llamamos vida.

jueves, 1 de septiembre de 2011

El becerro de oro: historia de un suicidio cultural.



    Llevamos más de dos años empapándonos de términos económicos totalmente desconocidos para nosotros hasta el estallido de la crisis. La economía es realmente un tema de moda en el presente. Todo ellos es debido a la crisis endémica que atraviesa el sistema. Es curioso como en un mundo plagado de expertos pueda suceder lo que ahora está sucediendo. ¿Qué nos ha sucedido para que en nuestro sistema estalle una metástasis que parece no tener fin? ¿Cómo hemos llegado a esto? Las respuestas en este ámbito son múltiples, ninguna excesivamente concreta, nos llevaría numerosos volúmenes abarcar todos los factores y relaciones que están desencadenando el hundimiento de Occidente. Pero era la crónica de una muerte anunciada, no fueron pocos los que advertían que todo se iba al carajo, que vivíamos los últimos días de una cultura que caía en picado.

    Tony Judt en su ensayo "Algo va mal" (Taurus 2010) nos relata como desde la caída del muro de Berlín en 1989 hemos ido hacia atrás, como los cangrejos. Las diferencias sociales han crecido en estos últimos veinte años, en países como EE.UU o Reino Unido. La caída del muro era la llegada de una panacea, dónde el capitalismo (bando vencedor) iba a dotar de derechos y oportunidades a un planeta que había sido hundido y humillado en las poblaciones soviéticas. Pero algo salió mal, pese a que muchos países pasaron de la extrema dureza de la vida, a respirar un poco más aliviados (véase el caso polaco), la realidad es que en la mayoría de países "avanzados", las clases medias sufrieron un severo retroceso, los pobres se hicieron más pobres y los ricos más ricos. La tesis del ensayo finaliza con una premisa muy sencilla, en los últimos 21 años, desde aquella caída simbólica del 89, no hemos hecho una mierda. Hemos tirado 20 años a la basura, sin saber muy bien la dirección que debíamos tomar, hemos desperdiciado tiempo, recursos, y propiciado un retroceso notable en las condiciones de vida de la población.

   Que nadie se engañe al decir que la tecnología avanza, o que ahora tenemos tabletas e Ipod, la realidad de hoy es que hay más paro que nunca (más del 20% en nuestro país), la vivienda se ha vuelto un bien de lujo, las diferencias culturales han estallado en enfrentamientos y terrorismo, la clase política se ha acomodado y perdido todo ápice de excelencia, las multinacionales aglutinan más poder de decisión e influencia que los mismos estados, África sigue olvidada suministrando materias primas y sufriendo hambruna, la carrera armamentística es el principal punto de inversión planetaria, y el planeta en general se hunde en una deuda que parece no tener fin.

   Pero la pregunta es, ¿con quién nos endeudamos? Cuando escuchamos que hay que comprar deuda de aquel país o de este otro, ¿quienes son los prestamistas?... El mundo se ha vuelto tan loco, que hoy en día los países están en venta. Salen a bolsa como si de una empresa se tratase, y grupos de inversores inyectan dinero en ellos con un alto porcentaje de intereses. Definitivamente nos hemos vuelto locos. Los 500 hombres más poderosos del mundo andan dejando dinero a los países cuando les viene en gana para que estos puedan salir a flote. La mercantilización del mundo, de estados completos en manos de un pequeño grupos de todopoderosos que poseen lo que países enteros necesitan. Islandia se ha negado a devolver la deuda contraída con bancos americanos, alemanes y holandeses, al encontrarlo un auténtico disparate.

   Cuando España saca sus bonos a subasta, estamos pidiendo préstamos que vamos a tener que devolver el total de la población, a un alto interés, a un grupo de hijos de puta, que se han enriquecido a base de pisar la cabeza a los demás, privándoles de las necesidades más básicas. Empresas que por su poder e influencia han conseguido someter a la clase política, pagan el mínimo de impuestos en un complejo entramado de leyes, cada vez solidifican más su poder y hacen más global su alcance. ¿Tiene el mundo que responder ante semejante panda de hijos de puta? ¿De verdad me dicen que las cosas no pueden hacerse de otra manera?.
Claro, ellos te dirán que todo es muy complejo, que las utopías no existen, que si tienes una alternativa mejor que la digas, fundes un partido y acates tú mismo las reformas. Pero ni siquiera así conseguirás nada, ya que los mecanismos del sistema, el circo del sol, está montado para que los mismos siempre ganen mientras que los demás sean mano de obra barata o palmen de hambre.

    No existe crisis económica, no existe escasez de recursos, lo que hace falta es cambiar la dirección en la que navega nuestra cultura. Nos han vendido que somos la élite de una gran civilización, nos han vendido que la globalización es un proceso que no se puede parar. Es cierto, no se puede parar, pero de ahí a imponernos la globalización neo-liberal que es una auténtica estafa y que ahora estamos pagando todos hay un mundo. Puedo parecer tremendamente pesimista, nada más lejos de la realidad. Pienso que el ser humano cuando navega en una dirección con propósito claro consigue sus objetivos. El problema es que no se quiere hacer, o que nos han comido la cabeza haciéndonos creer que las cosas son muy complejas. Es cierto que no son sencillas, pero no os dejeís embaucar por aquellos que dicen que las cosas no se pueden hacer de otra manera porque no me lo creo. ¡Claro que se pueden hacer de otra manera!

    La economía, estoy cansado de esa palabra... que no deja de ser una ciencia bastante inexacta y que en los últimos años a mi parecer a quedado totalmente devaluada. ¿Cuantos nos advertían en 2002 que íbamos por mal camino, cuando tenemos tantos "expertos" en el tema trabajando en ello? La historia de esta crisis es tan sorprendente que cuesta creer que esté sucediendo. Es una crisis artificial, se arruinaron  grandes empresas y bancos por un proceder sin escrúpulos y un afán por ganar más y más a base de poner en jaque a todo un sistema. El estado los rescató (ya me podrían rescatar a mi), y ahora nos dicen que trabajemos hasta los 67 años, que hemos sido unos irresponsables, que tenemos que trabajar más... ¡Anda ya! Si a mi o a cualquier otro se nos arruina el negocio cerramos y nos jodemos, ellos no. Tras esta falacia, tras esta gran mentira de la que salen beneficiados muy pocos pero mucho, estamos todos nosotros, y un mundo interconectado sometido a unas reglas e imposiciones absurdas planificadas por los mayores hijos de puta del planeta, que no quieren dinero, ya están forradisimos, sino algo mucho más palpable y abarcable: el poder.

    Por eso, a la crisis económica subyace una crisis mucho mayor, que es una crisis de valores. La gente de arriba, KPMG, S&P, BP, Monsanto, Lookhed Martin, General Dimamics, grandes firmas y multinacionales... sustraidas de toda ética operan depravando todo lo que encuentran a su antojo, sin que nadie las pueda detener por el momento, pues ellas han creado las reglas del juego. Han sobornado, han prostituido las normas, los intereses y los bienes del planeta. Y su mayor éxito es hacernos pensar que hemos sido nosotros. Este es el reflejo del mundo en que habitamos.

    ¿Quereís soluciones? Pues yo no las tengo, pero estoy seguro que hay un montón de gente preparada que si tiene buenas ideas que aportar, pero no les dejan hablar, porque no interesa. Son demasiados ámbitos los que hay que tratar y yo  no soy un experto, pero me niego a pensar que no exista gente capaz de hacerlo mejor, y sé que las hay. No son pocos los que llevan denunciando décadas los abusos y perversión de las democracias occidentales en manos de unos pocos.

    Respecto a España quiero dejar por escrito algo. Me comentaba un amigo este verano, cuyo olfato  admiro, que nuestro país dejará de ser lo que la mayoría hemos conocido hasta ahora una semana después del 20-N, día en que se celebran las elecciones. ¡Con fecha y todo os lo dejo!, el día en que se vea el verdadero pastel que este gobierno nos ha dejado, si las autonomías están arruinadas, ya veremos como se queda el gobierno central, cuando lleguen otros y descubran toda la panadería montada. Lo más duro será que ante terrible perspectiva y desolación, el gobierno se legitimará para tomar medidas drásticas que nos afectarán a todos directamente, una bancarrota que tardaremos un par de décadas en recuperar. Y como dijo nuestro ZP tras un debate: "buenas noches y buena suerte".