lunes, 1 de diciembre de 2008

Esbozo del romanticismo.



Atrévete a sentir, giro "al sentimiento", los sueños de la razón producen monstruos, y las promesas de la Ilustración caen en la desgracia, el hombre se hace un hombre de límites.Hacer un breve esbozo del romanticismo no es tarea fácil, diría casi que imposible, aún así podemos señalar algunos aspectos característicos del mismo, sin tener intención de abarcarlo todo. El romanticismo es una época que cambia la visión del hombre y su puesto en el cosmos. Heredero de una filosofía idealista y racionalista, se da un giro en la perspectiva del hombre, caen los soportes del proyecto ilustrado y se cede mas importancia a la imaginación, a la idea. Ya no hay un soporte universal de la realidad, y aunque la razón nunca se abandona del todo, si se eleva de categoría el sentir. El individuo sale de la esfera del orden racional, nace un subjetivismo y una interioridad que hasta ahora no tenían espacio. El hombre siente, y ese sentir se eleva sobre los modelos racionales del pasado. Pero es un hombre que habita una naturaleza, y digo habita porque los ojos del hombre miran lo natural como algo orgánico, vivo. Habitamos en la Tierra, frente a la visión mecanicista y calculadora Natura se revela, y el individuo poco tiene que hacer con las fuerzas entrópicas que es capaz de revelar. Aunque el Romanticismo se desarrolla plenamente en Alemania, también emana en otros países, y con múltiples características.

Podemos hablar del romanticismo de la luz, del romanticismo negro o del crepúsculo... Cada uno de ellos desarrolla unas facetas y dan una visión del mundo concreto con sus matices. Hablar del romanticismo reduciéndolo a un periodo histórico no tiene sentido, pues sus brazos han seguido el pasar de los siglos hasta nuestros días. Hoy podemos hablar de tecno-romanticismo por ejemplo, y sus señas de identidad son mucho más numerosas de lo que creemos. Podemos verlo en la literatura, el cine, o la arquitectura de algunas ciudades, pero sobretodo en las nuevas tecnologías y en el transhumanismo, donde el hombre ve en la tecnología una posibilidad de expander límites. Es un espíritu latente y presente, una forma de ser y de vivir, el viaje, la noche, la búsqueda de uno mismo. Una buena forma de empezar, Novalis.

jueves, 30 de octubre de 2008

Venta de imágenes.


Vivimos en la cultura de la imagen. Las imágenes tienen el poder de evocar ideas, y a cada uno las suyas propias. Hoy en día somos unos esclavos de las imágenes. Nos devoran constantemente con modelos de felicidad, de placer y bienestar para robarnos nuestro dinero y crearnos insatisfacciones falsas y lejanas a la verdadera realidad que nos atañe. Somos corderitos de unas multinacionales que nos dicen lo que está bien y lo que está mal, que nos dan lecciones estéticas sobre lo bello y lo feo. Con unos mecanismos de difusión tan sofisticados y violentos no me extraña que les vaya tan bien, aunque tras esa imagen de suave lana de cordero se esconda un lobo que lo único que hace es devorar todo a su paso.
Inmersos en un mundo (hablo del occidental, pues el otro ya está olvidado) en el que la imagen, a mi juicio, ha tomado el papel de persuasión y condicionamiento de ideas, nos vemos esclavizados por ella, y el problema real viene cuando asociamos esa imagen a la realidad. Se produce una analogía errónea por que entonces ya nos han impuesto su realidad, la que ellos nos introducen, la que ellos nos amoldan. Volvemos entonces a Platón y su caverna, donde lo esclavos veían sombras de una realidad desfigurada. Recuperamos el Mahya del pensamiento hindú y budista, donde hay un velo que nos hace ver un mundo equivocado. Incidimos sobre la idea de Schopenhauer, que al igual que el modelo platónico nos sirve una bandeja de mundo como representación. Estás ideas que parecen más de corte mítico reflejan fielmente un amplio espectro de nuestra post modernidad mercantil, donde todo se compra y se vende. Imágenes de un tigre que quiere devorarnos.

lunes, 27 de octubre de 2008

Nuestra distancia con el mundo 2


La premisa básica la encontramos en Jünger. La guerra, el dolor y el sufrimiento nos acercan al mundo, nos estrellan contra el suelo. La verdadera vivencia nunca se busca, aparece. Las fuerzas elementales emanan en las situaciones límite, que son las que nos acortan la distancia con el mundo, vivimos en la caverna hasta que salimos de ella. ¿Nos hemos vuelto locos?.

domingo, 26 de octubre de 2008

Nuestra distancia con el mundo.

Nuestra distancia con el mundo varía constantemente.

Te levantas un martes cualquiera, y te dicen que un amigo tuyo se ha suicidado. Te quedas frío, te quedas helado. Ya no está entre nosotros, de repente se esfuma, desaparece, dejando tras de sí un montón de interrogantes abiertos, la mayoría sin posible respuesta. Tu distancia con el mundo se acorta, vuelves a tener los pies en la tierra.

Llevabas viviendo en Matrix desde la última que vez que un hecho te dejó verdaderamente consternado, posiblemente también relacionado con la muerte, qué curioso. Uno con el tiempo vuelve a despegar los pies del suelo, cada día que pasa, cada semana, hasta volver al estar en nuestro Matrix particular. Es increíble que pese al cúmulo de experiencias, uno se vea arrastrado a la situación descrita, nos anestesiamos, nos dormimos en la cuna del ego hasta que el huevo vuelve a romperse, y nos cuestionamos todo desde un punto de vista mas serio, mas sincero y también más arraigado.
Anestesia, despierta, anestesia, despierta, anestesia, despierta...




No digo que haya que plantearse todo desde una perspectiva trascendental, es imposible y aburrido. Pero de ahí a volver al sueño profundo es algo que me raya, me produce confusión, e incluso un poco de desprecio hacia mí mismo. Ahora que lo pienso, es una deficiencia personal, una falta de madurez, de perspectiva con la realidad, ceguera.









martes, 9 de septiembre de 2008

La construcción de la identidad


Resulta evidente que cada uno de nosotros actua conforme a uno es. ¿Pero qué es uno? uno es su identidad. La construcción de esa identidad irá en paralelo al progreso de nuestra vida. desde muy pequeños estamos sometidos a un aprendizaje, a una continua adaptación del entorno en el que a uno le ha tocado nacer. Pero quien soy yo, como debería ser o como elijo ser es otra historia. Cada uno busca su camino, que en todo caso es "nuestro", relato de una vida, que no es otra cosa que una búsqueda por encontrarse a uno mismo.

jueves, 19 de junio de 2008

Sobre la felicidad



Me decía una amiga que la felicidad quizás no existiese. Yo le respondí que la felicidad existe tanto como la tristeza, y si ella podía sentirse triste, es también porque se puede sentir feliz. La felicidad es la gran empresa de nuestra vida, abarca todos los aspectos de nuestra existencia, y sería de necios no desear una vida lo mas feliz posible. Evidentemente, abarcar una meta tan excelsa siempre está al alcance de muy pocos. Nuestro ánimo varía con los momentos, y siempre se podrá tener fluctuaciones, pero eso es condición de la vida, todo cambia, nada permanece, el reposo total de las cosas no existe. La felicidad no es algo que se obtenga totalmente. No es como un descubrimiento matemático, una vez alcanzada la fórmula ya podemos hacer uso total de ella. Al igual que la libertad la felicidad se ejerce, en el día a día, viene y se va. No hay otro camino, mas que el deseo de ejercer esa alegría de vivir desde el requerimiento personal. Digo desde el requerimiento personal porque no todos necesitamos las mismas cosas para ser felices,hay múltiples caminos, y uno, desde su propia libertad de conciencia debe encontrar aquellos aspectos de la vida que le enriquezcan y le proporcionen una vida mas alegre.


Para que esto ocurra creo que hay dos premisas básicas. El primero es quererse a uno mismo, si uno no se aprecia a sí mismo, mejor que cambie su forma de vivir. Uno tiene que estar contento con lo que hace, con lo que quieres hacer, con lo que quieras vivir, decidir como hacerlo desde la voluntad firme y personal.En otras palabras, uno tiene que hacerse cargo de sí mismo, llevar las propias riendas de su vida, sin plegarse al pensamiento de otros, alcanzar la mayoría de edad (como la llamaba Kant), y buscar los elementos afines que nos hagan sentirnos como nosotros deseamos, sin que esos deseos sean perniciosos. Y lo segundo es, una vez te quieras a ti mismo, sé útil a los demás e intenta hacerles la existencia más amena. La felicidad aunque se puede dar en la soledad, mejor se da con otros. Epicuro, a propósito de la amistad ya lo avisaba, la amistad es uno de los placeres por los que merece la pena vivir. El estar con otros enriquece al propio yo. Por lo menos es así si tus amigos y amistades son auténticas, si tienes una mierda de amigos entonces no son tus amigos. La pareja salvará al espíritu, decía Alain. Con el otro uno siempre se realiza mejor. La amistad es una buena baza para abordar muchos aspectos de la realidad, incluso cuando esta se nos revela hostil a nuestros ojos.prescindir de ella no es un lujo que uno se pueda permitir. Evidentemente hay tantos casos como personas, y cada uno elegirá como considere oportuno. Pero creo que para alcanzar una vida tranquila y feliz, tenemos que reflexionar sobre ello, no ser ajenos a esta cuestión de capital importancia, y creernos realmente, que la felicidad existe, aunque sea breve cómo señala Schopenhauer.
Pero existe hoy en día una traba para muchos, y es la falta de atrevimiento e imaginación. La falta de atrevimiento para tomar una decisión que no encaje demasiado bien en el marco social. Y ser incapaces de imaginar lo que realmente puede hacer feliz a cada uno, renunciando a ello por pereza mental y atrevimiento a un proyecto mucho más original y auténtico.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Apología del videojuego

Cansado de escuchar tonterias acerca del maravilloso mundo de los videojuegos me propongo a dar mi humilde opinión respecto a este tema. A lo largo de la historia el hombre ha tenido diferentes formas de expresar lo que lleva dentro, de plasmar su logos en diferentes ámbitos para señalar aquellos aspectos de la
vida que veían con peculiaridad, ya sea como motivo puramente contemplativo, religioso e incluso funcional. El hombre ha ido haciendo y deshaciendo, y en todas las culturas de todos los tiempos ha emergido una necesidad representativa de su sentir en el sentido más pleno. Hay culturas que lo han llevado mejor que otras, personalmente prefiero el arte griego que el fenicio, y dependiendo de gustos y sensibilidades tendremos nuestras preferencias. Ya Sócrates señalaba que la poesía era medicina del alma, al igual que la música. Su discipulo Platón tambien tuvo mucho que decir sobre el tema, y en general muchísimos filósofos han expresado sus ideas y concepciones entorno al arte. Ninguno ha sabido definir con total precisión lo que es el arte. Evidentemente definir significa poner límites, por lo que nadie ha conseguido establecer los límites del arte. Hegel y su idea del fin del arte, en la que señalaba que el día en que cualquier cosa sea considerada arte ,este se acabaría, lo que me recuerda todo el tinglado que se monta alrededor de ferias expositivas de mierda como Arco, donde los modernos y no tan modernos tienen la necesidad de sacar su estupidez abstracta en un absurdo, retroalimentado por las galerias que dicen lo que es arte o no. En estos casos el artista se aleja del espectador, el galerista elige que obras van a triunfar y se lo sirven a un gran público que no entiende nada (porque no hay nada que entender) y se ofuscan en la complejidad y el apoyo de unos textos. De esto también habló Adorno, la mercantilización del arte. Hoy en día no triunfa el artista, triunfa lo que las grandes galerias quieren que triunfe, y aún así es un triunfo bastante casposo en algunos casos. El símbolo es arte (forma más elemental de arte según la estética hegeliana), la escultura es arte, la arquitectura (pese a su carácter funcional como indica Schopenhauer) es arte, la musica es arte, el teatro y la representación es arte, la pintura es arte, el cine es arte... Parece que hay numerosas formas artísticas que nadie pone en duda, al menos en cuanto forma, no hablemos de contenido. No hallo la misma carga estética en una sinfonía universal de Bach que en Chenoa, habrá quien me lo discuta, quien me diga que a él le gusta más Chenoa, y le respetaré, pero tambien pensaré que esa persona tiene menos sensibilidad que un taco de madera. Ante las numerosas formas de reconocimiento artístico que se han ido desarrollando a lo largo de la historia aparece el videojuego. Lucecitas y marcianitos para niños pegados a la pantalla con riesgos de padecer ataques epilépticos... ¿Quién se cree esta mierda? Los videojuegos tienen una música, un diseño artístico, caracterización de pesonajes, inmersión en un mundo y desarrollo de posibilidades vitales. Si ya algunos personajes de Goethe veían el teatro como una oportunidad de ser lo que no les ha permitido el mundo, los videojuegos lo hacen igual. Encarnamos un personaje y nos aventuramos en una historia o guión, en el que nosotros dependiendo de la calidad artística podremos saborear con mayor o menor intensidad. En el momento actual algunos superan esas barreras, sobretodo aquellos en los que el juego es una propia comunidad de pesonas que le dan vida y desarrollo. A través de nuevas herramientas como internet hemos llegado a crear auténticas comunidades reales de personas, aunque tu seas un pixel no es mas que otro cuerpo, porque hay un espacio real y auténtico, aunque ese espacio sea no físico, y el que anima al personaje es una persona real de carne y hueso, que aunque esté a miles de kilometros de tu casa te lo encuentras e interactuas con él. Al igual que pelis de mierda y exposiciones de mierda también hay juegos de mierda, yo eso no lo discuto, pero por favor, abandonemos esa prehistórica, cerrada, limitada e infantil visión del videojuego, que curiosamente suelen defender los que nunca han tenido un mando en sus manos. No todo el mundo le ha dado la espalda a este tipo de arte, que algunos lo encierran en la jaula del ocio. La orquesta sinfónica de Londres ha ofrecido numerosas actuaciones de la musica que acompaña a los mismos, Miyamoto es un hito de la cultura mundial que la mayoría de gente desconoce, pero su legado es muchísimo mas valioso que el de grandes directores, músicos, escultores... Sobretodo si nos referimos a artistas contemporaneos. Sin ganas de atacar o dinamitar las diferentes formas artísticas de las cuales yo bebo con frecuencia, sólo pido una reflexión y punto de seriedad a la hora de tratar este nuevo genero artístico, que quizás con los años se vuelva la obra de arte total, buscada en su dia por autores como Wagner, Nietzsche u otros muchos más. Esperemos que con el tiempo la tecnología no acabe atrofiando la originalidad de los mismos, al igual que las pelis actuales que se preocupan más por los efectos especiales que por el guión, cuando antaño tenian un magnífico guión y unos medios técnicos insuficientes. Siempre habrá de todo, ya es hora de abrir al menos un hueco a los videojuegos, como parte de nuestra cultura, de la que nadie es dueño sino observador.

martes, 4 de marzo de 2008

La ballena azul


La ballena está llena, porque va llena,

está llena de odio,

porque los arpones marineros,

están acabando con ellas.


Quizás nadie respete a la ballenas, quizás nunca lo hagamos, pero ellas tambien nos hablan, y nos escuchan. El otro día comenté a mis amigos que la ballena azul era el ser mas grande que ha habitado en la historia de la tierra, por delante de competidores tan duros como el apatosaurus, el diplodocus, el megalodón, el allosaurus o el mamenchisaurus.

Todos ellos sucumben a la masa corporal de la ballena azul. Impresionante. Sólo decir que la cría pesa unas tres toneladas al nacer, es decir, como un rinoceronte negro africano en edad adulta. De mayor no se lo que pesan, nunca he tenido una, aunque se calcula que unas 130 toneladas... Pero al margen de datos que nublen la verdadera magnificiencia de la ballena, observémosla y disfrutemos.

jueves, 21 de febrero de 2008

El hombre sabio


   Hay mas posibilidades que el naufrágio, otras épocas e historias han calado en mí. Existen muchas fuerzas y alternativas.
“Filosofar es aprender a desprenderse: no se nace libre, sino que se llega a ser, y nunca se acaba de llegar…Tal vez porque nadie es prisionero sino de sí mismo, de sus hábitos, de sus frustraciones, sus papeles, sus rechazos, sus ideología, su pasado, su mentalidad, sus miedos, sus esperanzas, sus juicios…Cuando todo esto desaparece ya no hay prisión ni prisionero: ya no hay más que la verdad, que no tiene sujeto ni amo” Comte-Sponville
 En este panorama, y en una sociedad ramificada con mil y un campos diferentes, que se entrelazan y afectan, es realmente complicado pensar, pero eso no quita que debamos omitir esa reflexión. Ninguna época histórica ha sido fácil, intentar comprender el mundo es un intento obligado para cada uno. En esta anestesia económica estamos sumergidos, en pan y circo tecnológico, sin hacer caso a las verdaderas exigencias que como persona deberíamos tener, no para que todos actúen como yo piense, sino para que al menos se pregunten ciertas cuestiones fundamentales, como la forma en que quiere vivir y como llevar a cabo una realización personal. Cualquier persona que no se pregunte mínimamente esta cuestión le diría que es un pobre hombre o que tiene la sensibilidad de una piedra. No es fácil, pero hay que luchar, aunque sea por uno mismo.
La filosofía no es un discurso, ni siquiera sabiduría, más que nada es una actitud frente a la vida.Siento predilección por aquellos autores que afirman la existencia en el sentido más amplio y autónomo del término. La filosofía es muy extensa, y existen numerosas corrientes y escuelas que paracen compartimentar las esferas que defienden enfrentandolas entre sí. No me gustan esas categorizaciones cerradas, y últimamente se tiende al encasillamiento académico (gran error). Al margen de tales discusiones, que se las dejo a los académicos, sin duda, los autores que más me han llamado la atención son aquellos que afirman la importancia de vivir con todas sus consecuencias y la alegría como actitud, aunque a veces no sea fácil de lograr. Los que ven al hombre como una potencia, como un ser que quiere perseverar en su existencia, y que adopta una postura de aceptación y alegría ante los sucesos del mundo.
  Es evidente que la vida nos pondrá en situaciones límite, verdaderamente jodidas de asumir, y que no siempre podremos mantener la calma, porque somos humanos, no robots, y somos susceptibles a fluctuaciones de ánimo. Pero es que tenemos que aceptar que el mundo no se amolda siempre a nuestros deseos, y que su fuerza es mas aplastante e impredecible que las aspiraciones que podemos mantener, para lo bueno y para lo malo, de ahí que la vida sea una caja de sorpresas. La propuesta es clara, aceptación de la realidad, afirmación de la existencia, no esperar cosas del mundo, sino dejar al mundo desenvolverse, y en ese devenir intentaremos perseverar en ese contento, en esa actitud alegre y de apertura.
"El hombre sabio remite todos sus afectos a la alegría o al deseo, ya que obra por sí mismo... La fuerza del sabio no es signo de dominio, sino de amor generoso, que contrarresta el odio, la ira y el desprecio que otro nos tiene...Tranquila seguridad del que no teme ni espera."Luciano Espinoza Rubio.
Se podría escribir muchísimo sobre temas que aquí se plantean, y la exposición podría ser mucho más amplia, pero lo que me interesa es mostrar esa actitud nucleótica de la que beben esos autores, basada en la alegria, la afirmación de la vida y el gobierno de uno mismo.


martes, 5 de febrero de 2008

Paraiso perdido, paradigma olvidado.

El Romanticismo negro tiene un potencial impresionante. La mas tardía etapa de los romanticismos llega a su cenit. Aqui va un esbozo de lo que representa en mi loca cabeza de alien.
El mundo no es un paraíso. Todas las promesas y proyectos puestos en la razón han sucumbido en el horror. La racionalidad del hombre ha llegado a su fin, y hemos de reconocer que el mundo que nos habían proyectado no se ha realizado. En un afán de vendernos lo que no se puede alcanzar nos encontramos en la situación crítica de la vida, donde las esperanzas, los deseos y anhelos se hunden en un profundo mar oscuro. Los grandes sistemas filosóficos no nos ayudan a enfrentarnos a esa realidad, la razón no cura el sentimiento, personal, individual e intransferible. Caminamos por un mundo en el que el dolor y el miedo conforma a las personas, si es que antes no las destruye, caminamos en la soledad de un camino que nos lleva inevitablemente hacía la muerte, sin que nosotros podamos hacer nada por evitarlo. Schopenhauer lo expresa muy bien:
“No obstante, y a pesar de todo el sufrimiento de nuestra existencia, nos aferramos a ella y nos estremecemos ante la perspectiva de una muerte que en todo caso ha de llegar; pues le pertenecemos por el hecho de haber nacido, y ella no hace más que jugar con su presa antes de devorarla” .
Ante tal perspectiva uno se empequeñece, se siente arrojado a un mundo que no ha pedido, que le es hostil y le plantea dificultades que no tienen solución, paradojas del destino de la vida. El sufrimiento, la soledad, los miedos, mi persona… Nadie elige nacer, ni tampoco en que época nacer, lo único que podemos hacer es decidir cómo emplear el tiempo que se nos ha dado, en un escenario lleno de crueles durezas donde nuestra capacidad de actuación es sumamente limitada.
El romanticismo negro subraya la experiencia del naufragio, lo ideal se vuelve irreal, y el centro del problema eres tu, tu persona, tu sujeto, la que siente y la que padece. Pero la vida no es generosa, y tampoco sabemos mucho de nosotros mismos “aquello que todo lo conoce y de nada es conocido, es el sujeto” diría Schopenhauer. Cada uno se revela a sí mismo como ese sujeto, pero solo en la medida en que conoce y no en cuanto es objeto de conocimiento. Así entonces presentamos un panorama más bien desolador, lleno de dificultades vitales, donde el sentimiento y la experiencia vital se vuelven los elementos principales de la formación humana. El hombre que busca respuestas, a través de sórdidos caminos, de viajes y experiencias en los que la realidad habla por sí misma y para uno mismo.
Precisamente es en esos momentos donde el hombre acude para acuñar una identidad propia, unificada y sólida. Se sale de la fragilidad en busca de una solidez que lo conforme como tal, uno busca respuestas y para hallarlas tiene que ponerse a caminar. Los grandes discursos sobre el mundo han caído, son inservibles. No podemos hacer caso a Fichte en su cuestión del yo, no podemos hacer caso a Kant para plantearnos preguntas que no podemos responder, no podemos fiarnos de pensamientos globales y de síntesis históricas de tipo hegeliano porque claramente sobrepasa nuestros límites, lo único que nos queda es la experiencia personal, la formación humana de los sentimientos vividos, aunque estos sean dañinos, y aunque nos den lo que no hemos pedido ni elegido, de eso se trata.


Ya sea en una época u otra, el hombre ha vivido bajo este tipo de presiones, ningún ser vivo a engañado a la muerte, morir es condición de todo ser viviente. El relato cambia, las formas son las mismas: la soledad, el miedo, la identidad, la muerte, el dolor, la insatisfacción, el ansia de saber, los límites de mi persona, la creación (si es que existe), el amor, el rechazo, el odio…

Los relatos van mutando, pero los problemas siguen siendo los mismos, el tiempo va pasando y el hombre “progresa”, para vivir y para hacer sufrir, en el fondo estamos como antes. La experiencia estética del viaje, unida de forma directa con los tres romanticismos, sigue la tónica del desenvolvimiento de la persona en el ámbito habitado, el viaje como necesidad vital de crecer y expandirse, de buscar una identidad no dividida ni fracturada, encontrarse a uno mismo en definitiva. Tal aventura no garantiza el éxito, tan fácil es construir como destruir, y cualquiera de estas formas puede acabar con uno. Esta obra contiene un potentísimo nivel de fuerza estética, y una clara relación al tema que tratamos, el viaje, el conocimiento de lo real, el dolor en sí mismo, la naturaleza, la insatisfacción, la imposibilidad de realización en mundo así, la soledad, el nihilismo…La persona. Toda esta corriente está relacionada y constituye el sustrato de muchas de las estéticas tecnológicas del siglo XX y XXI, el legado de Schiller, Goethe, Novallis y muchos otros es de tal riqueza que su alcance perdura en las estéticas contemporáneas.


lunes, 4 de febrero de 2008

El mundo en que vivimos es...

No podemos predecir el futuro, no tenemos imaginación para ello. Las películas futuristas siempre padecen un holocausto, o comienzan en el post-holocausto. Muerte y destrucción atraen al gran público. La imaginación no nos pone en buen lugar, despues del desastre volvemos al comienzo, la naturaleza se vuelve sacra y el hombre busca su autenticidad, pero todo es demasiado tarde. Que nefastos acontecimientos predicen las películas para cortejar al público, sediento de sangre fresca para sus ojos. Imágenes de lo que nos puede esperar, el veneno y el antídoto lo tenemos en mano, sólo hace falta joderla. Quizás Hollywood tenga razón, eso si que me joderia, pero el discurso futurista sólo tiene dos vertientes, la destrucción y el totalitarismo, es decir, aniquilación del individuo. No somos capaces de imaginar un futuro mejor, una alternativa medianamente fiable, eso causa estragos, y puede ser sintoma de abatimiento de toda una civilización entregada a sus monstruitos.

Abundancia de miseria y miseria de abundancia... No vamos por el buen camino, y como todos sabemos, los sueños de la razón producen monstruos. No quiero ser pesimista, pero a veces uno piensa y se queda sorpendido con algunas cosas. Hay gente que se muere de hambre y otros preocupados por tener un Ipod, o cualquier mierda que a veces se nos pasa por la cabeza.



Que nosotros vivamos en la miseria no ayuda nada, eso ya lo se, pero desde luego estamos entrando en una barbarie tecnológica, donde nuestro sentido de la compasión se ve totalmente aniquilado. Es muy jodido la verdad, y eso que yo estoy comodamente escribiendo esto aquí... Bueno, aunque no podamos vivir utópicamente, tampoco debemos olvidar de lo que pasa en el mundo, y saber valorar en todo caso, lo que uno tiene. Lo real es suficiente, a ver si va cambiando, ciencia ficción hermanos, al menos un poco...

miércoles, 30 de enero de 2008

Yo soy mi ADN


¿Qué es lo que nos hace humanos? Ante preguntas que tocan los límites de nuestra razón lo único que podemos hacer es encogernos. Me refiero a la posibilidad de definir lo que es el ser humano, definir es poner límites, ¿Cómo definirnos a nosotros mismos si ni siquiera nos conocemos? Podemos decir que el hombre es un ser racional o pensante, pero esta definición presenta algunas carencias, ya que a una persona con fuertes discapacidades seguimos tratándola como tal, pese a que carece de una lúcida racionalidad. En el libro de Dick, Blade Runner (Sueñan las...), los personajes se entremezclan con andrillos (androides) cuyas capacidades son muy cercanas a la de las personas, de hecho su simple detección ya supone un problema. La ciencia y la técnica llegan a un grado de desarrollo muy avanzado, y aunque de forma artificial, llega a crear seres humanos. No son humanos, ellos salen de fábrica, pero en cuanto forma y modo de comportarse actúan como tal. Para la gente tan solo son androides, son máquinas, da igual que tengan recuerdos, pues no son auténticos, son implantados en su memoria y les hace creer en que tiene una identidad construida. Parece que si no somos paridos como la forma tradicional carecemos de categoría humana. ¿Qué pasará entonces con el primer clon? ¿O es que como las herramientas utilizadas para su creación nacen de un laboratorio que trabaja en base a su ADN le hace ser hombre? ¿Acaso es la genética y el ADN lo que nos hace personas? Una de las cuestiones que se me plantea con más fuerza es el hecho de que conseguir un mismo producto por diferentes caminos hace que el producto sea diferente. Me explico, el hecho de que los "andrillos" hayan sido fabricados, les veta de cualquier tipo de derecho y son acribillados sin despertar compasión alguna en sus depredadores, precisamente los humanos. La piedad humana no se ve compartida si lo que en frente tiene es un androide. Les despojan de todo derecho por su condición de máquina, pese a que ni ellos mismos saben que lo son, ni cuando ellos consiguen experimentar unas sensaciones y pasiones tan intensas como las humanas.

 Parece que el origen de uno le marca el camino del destino, y por el hecho de ser fabricados y de gastarse podemos hacer con ellos lo que nos plazca. Aquí es donde mi pensamiento llega a un punto crítico, y es el de los derechos de los andrillos. En el supuesto caso, de que yo viviera en el mundo de Dick, y me encontrase con unos seres, fabricados en serie, pero que manifiestan las dimensiones de la persona, se me plantea ¿por qué tratarle como diferente debido a su proceso de creación? ¿Qué tecnología más avanzada que la propia naturaleza? Nosotros nacemos con la implantación de un espermatozoide en un óvulo que forma un cigoto, este crece y se desarrolla hasta alcanzar una madurez y…. Ellos nacen con la implantación de unos microchips y cableado en un chasis humano, y es precisamente su origen lo que les margina. Los humanos apelamos a la autenticidad, diremos que esos androides tienen una vida in-auténtica, y despreciaremos su condición “vital” o su condición “técnica” a pesar de la riqueza y complejidad que las mismas alcanzan.




Tambien en la serie japonesa Ergo Proxy, Pinoko, un androide de compañia, se ve infectada por un virus, "el cogito" que le hace empezar a a tener inquietudes humanas, Se compadece de su amo y demuestra su gusto por la música, se divierte y quiere jugar, siente curiosidad y se pregunta por su persona, acaba adquiriendo "logos", cosa impensable en un droide. Pinoko, por accidente (o no) acaba llevando la misma cuestión que Dick plantea, y esa son los límites de nuestra propia identidad y actividad. Nuestra huella humana, que a este paso será el ADN.