miércoles, 28 de julio de 2010

La vida como lavadora.





La vida es inabarcable. No hablo de su forma biológica que también considero inabarcable, sino su interpretación desde la supuesta "objetividad humana". El problema fundamental que a mi parecer se presenta es que la vida no puede ser interpretada bajo una forma cerrada y definida. Me refiero a que cualquier interpretación que queramos darle, la mata en alguna de sus partes, ya que los límites que podamos establecer para definirla no lo consiguen como desearíamos. Ya sea a través de la escultura, la pintura o la literatura siempre hay algo no dicho, no explicable, no representado. De ahí que resulte tan complicado intentar racionalizar la vida con la intensidad y el rigor que muchos desearían.

¿Qué es la vida?¿Cómo reconocerla?¿Qué esperar de ella cuando ella no espera a nadie más que a sí misma? La riqueza y el ser incompleto de la vida huye de toda atadura, de toda forma fija y delimitada, no se deja domar por la racionalidad ni ser atrapada bajo la red del entendimiento, hay algo de ella que siempre escapa, que siempre queda fuera. Es por eso que quizás la vida sea algo incompleto, inacabado, en constante formación y cambio, movimiento intrínseco de una existencia que a modo de Heráclito siempre está mutando, siempre transformándose. Esa una de las propuestas formuladas por muchos pensadores, por muchos artistas, por muchos literatos. Mi experiencia personal me habla de que vida pide más vida, la vida llama a más vida, lo que no quiere decir que no haya muerte o perecer, ya que esa misma vida es la que posibilita la caída, el despojo de sí misma, su transformación, su edificación constante e imperecedera.

Todo lo que acontece en la vida de una persona se traduce en valoración, hay acontecimoentos que nos resultan gratos, otros no tanto, otros nos resultan indiferentes, otros impresionantes, otros aborrecibles. Pero a la vida eso no le importa. Ella actua y baila frente a nosotros, ajena a nuestras valoraciones o nuestros propósitos, si nosotros no estuviesemos la vida seguiría estando ahí, lo único que sucedería es que no habría nadie que contarlo, nadie que leerla o expresarla como lo estoy haciendo yo ahora. Pero el ser humano intenta predecir, intenta enmarcar su existencia en un telón de fondo que cuando menos nos lo esperamos se revuelve y nos cambia la escenografía, la mayoría de las veces sin pedirlo, porque como dije antes ella actua por su cuenta.

¿Significa esto que debemos quedarnos de brazos cruzados, esperando a su magnífico e impotente obrar, ya que nosotros no podemos domesticarla? La respuesta desde mi punto de vista es no. Si lo hacemos la lluvia de palos que te caerá estaría garantizada, y yo no lo aconsejaría pese a que muchos lo hacen. El no poder abarcar, el no poder exprimir no significa pasividad, in-acción, pasotismo o rendición ante la misma, es más ante cualquier cosa elección, acto, potencia. Pese a no poder conocerla de forma exhaustiva podemos aprender de su pulso, de sus pasos, de sus escenas, luchar por embellecerla y ponerla a nuestro favor en la balanza...

Aún así hay algo que siempre me queda de fondo, como una radiación cerebral que me atosiga, que le doy vueltas, una fuerza inaprensible, inefable, para algunos existente, para otros inexistente, otros no saben que pensar y otros lo piensan si se matiza, su nombre es el azar. Azar desde donde uno nace, su época histórica, la gente que conoce, los hechos que acontecen bajo su dominio. Es algo que me cuesta traducir, que me cuesta digerir bajo una forma condensada. ¿Es azar que haya conocido a mis amigos y forjado una relación así? ¿Si hubiera estudiado en otro sitio brotaría una gente afín a la que conozco? ¿Es una marco de posibilidades que juega constantemente y cuando se reunen ciertas condiciones suscita el objeto deseado?¿Cuanto podríamos aguantar así, bajo el influjo de probabilidades y el encuentro de gente afín?¿Es cuestión de tiempo?¿De esfuerzo?¿Es un cómputo de todo? ¿Cómo va a ser un cómputo de "todo"?eso es como decir un cómputo de nada. ¿Por donde agarrarse, que postura tomar ante los hechos que a uno le han acontecido?. Yo me lo pregunto, yo me lo cuestiono y mi respuesta no alcanza reposo.